En el vídeo vemos a una joven, de 14 años, descalza sobre el asfalto, vestida con una gran falda azul y blanca. Al principio baila tímidamente, luego, poco a poco, casi imperceptiblemente, la vemos liberarse de sus miedos y dejarse llevar por las canciones que dicen, en criollo reunionés: ” Soy una princesa granate (esclavo). Llegué en un barco, encadenada, con dolor y por mi color me quitaron la libertad. »
Era el 20 de abril de 2024, en la sala de la OPS de Fontenay-le-Comte, durante la inauguración del monumento móvil a la esclavitud. Esta joven es Ly-Anne Kitzie Tathoué. A pesar de sus miedos y de sus recuerdos del acoso racista vivido cuando era pequeña, se mostró sola ante el público, tal como es.
“Estoy orgullosa de ella porque logró superar su miedo, comenta Émilie Burel, su madre, que cantó ese día, mientras su hija bailaba. Para su edad, está muy comprometida con la historia de nuestros antepasados. Creo que logré inculcarle eso un poco. Nos afecta enormemente. »
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