Los Juegos Olímpicos, que se inaugurarán dentro de menos de 100 días, irán acompañados de un refuerzo de seguridad a gran escala. 45.000 policías y gendarmes movilizados, soldados, agentes de seguridad privada e incluso 2.500 policías de países extranjeros… El plan de represión XXL de Darmanin sigue fortaleciéndose. Este miercoles, https://twitter.com/canardenchaine/status/1783013016830644246 el sistema de los famosos códigos QR que se implementará durante los Juegos. Para acceder a determinadas zonas cercanas a las sedes olímpicas, la policía establecerá controles sistemáticos. Controles que afectarán a los cientos de miles de personas que vinieron para asistir a los Juegos Olímpicos, pero también a los trabajadores, a los clientes de las empresas de la zona, pero también… a los 20.000 vecinos que viven allí. Darmanin, con el pretexto de querer “garantizar la seguridad de todos”, pondrá en marcha un verdadero sistema de control generalizado que debería afectar a todo, según el informe. Patocasi un millón de personas durante los Juegos.
Entre los 45.000 policías y gendarmes movilizados con motivo de los Juegos Olímpicos, algunos de ellos serán asignados para controlar y filtrar estas zonas. Los controles sistemáticos consistirán en escanear un código QR personal, que permitirá comprobar en tiempo real si la identidad de su titular aparece entre once expedientes policiales y de contraespionaje franceses, incluidos los antecedentes penales y la lista de expedientes S. Si la persona aparece en uno de estos expedientes, se le prohibirá acceder a estas zonas, incluso si vive allí, y podrá ser arrestada por la policía si, por ejemplo, está bajo la OQTF.
Para obtener un código QR será necesario registrarse en una plataforma gubernamental en línea a partir del 10 de mayo. Para realizar las conciliaciones, 180 analistas trabajarán a tiempo completo para verificar los antecedentes penales de cada persona registrada. Si no se realiza el proceso de solicitud de código QR, la persona automáticamente será inadmisible en estas áreas restringidas.
La implementación de códigos QR, los consiguientes controles policiales y posibles detenciones forman parte de una política gubernamental más amplia. Este último pretende aprovechar los Juegos Olímpicos para acentuar sus políticas represivas y de lucha contra los pobres, que afectan principalmente a los barrios populares. Darmanin aplica un método olímpico probado, que consiste en utilizar el pretexto de asegurar el evento para incorporar medidas excepcionales al derecho común. El ministro considera estas nuevas medidas de seguridad como un “legado de los Juegos Olímpicos”, como ocurrió en Río de Janeiro en 2016. Entre las expulsiones de inmigrantes y personas sin hogar en París, la gentrificación de parte del 93 y el refuerzo de la seguridad, Estos Juegos Olímpicos serán todo menos “Juegos Olímpicos populares”, como afirma el gobierno de Macron.
Mientras que el ejecutivo cuenta con los Juegos Olímpicos para mejorar su imagen internacional. Macron y sus amigos capitalistas no temen más que un resurgimiento de la lucha de clases. Ante la represión olímpica prometida por el gobierno, es hora de que el movimiento obrero se ponga en orden de batalla, apoyándose, por ejemplo, en los avisos de huelga presentados en la función pública para hacer de los Juegos una oportunidad para volver a la ofensiva contra Macron.
