Yves Peyré, “Vértigo del surrealismo Arte y literatura, el encuentro ininterrumpido” (Gallimard)

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Cuatro manos. Poeta, ensayista, crítico de arte, Yves Peyré dirigió la biblioteca literaria Jacques-Doucet que posee una de las mejores colecciones de ediciones surrealistas originales del mundo (en particular, las grandes ilustraciones ilustradas), gracias a André Breton y Louis Aragon, que fueron el “patrimonio”. asesores de su fundador, el mecenas y diseñador de moda Jacques Doucet. Peyré fue también amigo del poeta y pintor Henri Michaux, por lo que, sin duda, el artista atípico, inclasificable, ferozmente apegado a su independencia, se encuentra en un buen lugar en este Vértigo del surrealismo. Ya sea con un texto suyo acompañado de Roberto Matta, o él mismo acompañando un texto de Georges Henein con una acuarela. Sin duda, Michaux se habría sorprendido (¿furioso?) de verse así anexado a un movimiento literario, fuera cual fuese. Pero es la elección de Yves Peyré, bastante interesante, de añadir a los surrealistas estrictos satélites llamados Michaux, pero también a André Pieyre de Mandiargues (acompañado por Enrico Baj), Julien Gracq (con Lise Deharme), o incluso Pierre Alechinsky, el Sólo uno sigue vivo en este impresionante mausoleo.

Para celebrar los cien años del surrealismo y la publicación en 1924 del famoso Manifiesto de André Breton – que siguió siendo, hasta su muerte en 1966, el gurú del movimiento, el capitán que mantiene el rumbo en tormentas que él mismo había desencadenado a menudo – Yves Peyré adoptó un ángulo original. Creó dúos, escritor/artista visual (pintura, dibujo, grabado, collage, fotografía, escultura, encuadernación, objetos… se utilizan todas las técnicas), que trabajaban juntos o no. En páginas dobles, un texto y una ilustración se enfrentan, sin comentarios, siguiendo una secuencia cronológica que va desde los años 1920 a los años 1960. Partimos, pues, de Dada quien, con sus precursores y sus allegados (Apollinaire, Chirico, Picabia). , Jarry, Kandinsky, Roussel, Tzara), fue una especie de plataforma de lanzamiento para el surrealismo. El dadaísmo, radical, estalló en fuga en una gran carcajada; El surrealismo vivió durante casi 45 años, a pesar de cambios de reparto, riñas, rupturas, polémicas y anatemas. Pero qué fabulosa efervescencia creativa y qué colección de genios supo reunir: Breton, Aragon, Soupault, Éluard, Char, Péret, Crevel, Prévert, Duchamp, Dali (aquí infrarrepresentado), Miró, Calder, Brauner, Masson, Magritte, Ernst, Matta, Lam, Bellmer y tantos otros… El surrealismo es también el único movimiento en nuestra historia literaria que también quiso ser político, social, libertario, internacional, que quiso cambiar la vida y la mirada. en la vida, favoreciendo la creación, los sueños, la imaginación, la exploración del inconsciente. “La noche se agita”, le escribió nuevamente Michaux. Otra de las especificidades de los surrealistas es haber jugado colectivamente, haber provocado, entre sus miembros y sus satélites, encuentros amistosos e incluso románticos, pero sobre todo artísticos. Prueba de ello son los miles de libros a dúo que produjo el movimiento, algunos de ellos ilustrados que son otras tantas obras maestras. Pensamos, por ejemplo, en Fácilpoemas de Éluard, fotografías de Man Ray, publicados en 1935. Yves Peyré tiene razón, todo esto marea, el del amor (loco).

Yves Peyré
Vértigo del surrealismo. Arte y literatura, el encuentro ininterrumpido
Gallimard
Edición: 1.200 ejemplares.
Precio: 179€ hasta el 31/12/24 luego 199€; 336 págs.
ISBN: 9782073082558

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