Alejandro Dumas, Adam Cesare, Marie N’Diaye

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“Creación y redención”, de Alejandro Dumas, editado por Julie Anselmini, Folio, “Classique”, 1.104 p., 15,30 euros.

“Clown in a Cornfield”, de Adam Cesare, traducido del inglés (Estados Unidos) por Justine Richard, Pocket, 368 p., 8,60 €.

“La Bruja”, de Marie NDiaye, Folio, 170 p., 7,80 €.

No nos vamos a mentir, Creación y Redención Suena más bien como el título de un tratado filosófico de Ballanche, Saint-Martin u otro apuesto pensador místico del siglo XVIII.mi siglo, más como el título de un grisáceo doctorado en teología, que como el de una novela de Alexandre Dumas padre (1802-1870), acostumbrado a signos por lo demás atractivos: Los tres mosqueteros, El collar de la reina O Los mohicanos de París. Sin embargo, este es de hecho el último tour de force del autor de Compañeros de Jehúmístico y político desempeñando allí su papel.

Concebido con su amigo Alphonse Esquiros (1812-1876) en 1851, cuando Dumas se exilió, o incluso se retiró, a Bruselas, para huir del Segundo Imperio y escapar de sus acreedores, iniciado en 1853, retomado con mano temblorosa en 1860, esta novela sólo aparecerá por entregas, bajo la dirección exclusiva de Dumas, entre 1869 y 1870, año de la muerte del maestro, antes de ser publicada en 1872. Encontramos allí, repito, un cóctel imparable entre tragedia sentimental y meditación metafísica, Golpes históricos y romance médico. En 1785, el médico de Berry, Jacques Mérey, se propuso recrear a Eva, una misteriosa salvaje arrebatada a una pareja de cazadores furtivos. Lo consigue y nace un amor que viene a perturbar a este otro gran salvaje que es la Revolución Francesa: Eva demuestra ser de origen noble, la ruptura es inevitable, sobre todo porque Jacques es elegido diputado de la Convención, cargo que le otorga te permite codearte con Danton y, sobre todo, presenciar el Terror.

Perfectamente editado, este ramo final dumasiano triunfa en todos los aspectos, mezclando fantasía y creencia en el magnetismo, el mito palingenético de la recreación del hombre, la evocación de la historia en sus furias más sangrientas, París convirtiéndose en el templo de la guillotina. Uno de los principales pilares del Puente Dumas, lanzado sobre el río con tres siglos de historia.

¿Qué ha sido de las colecciones de terror de bolsillo? Los abrazábamos tan estrechamente… Y los amábamos tanto que podíamos cantar, imitando a Rutebeuf. Sin embargo, parece que “Pocket/Terror”, que fue uno de los clásicos, está haciendo discípulos con la publicación en rústica, Pocket y 10/18, de los terroríficos volúmenes publicados por Sonatine. De cuyo acto, con el Payaso en un maizal fomentado por el escritor estadounidense Adam Cesare, quien labra saludablemente un camino abierto una vez por Stephen King de Eso (Albin Michel, 1988) y Los chicos del maíz (Librio, 1998). Trama tan efectiva como un hacha: Quinn y su hijo Glenn abandonan Filadelfia hacia Kettle Springs, un punto del mapa perdido en medio de un desierto de maíz. Lo que descubren es que la brecha entre las generaciones, los mayores nostálgicos y los jóvenes libres, adquiere la apariencia de un barranco de muerte. Sobre todo porque el payaso Frendo, su atractiva hacha y su arte de decapitar proporcionan el espectáculo. Un entretenimiento ciertamente sangriento, pero muy estimulante. Sobre todo porque hay una secuela y las portadas de Jeanne Mutrel y Rémi Pépin son las favoritas de los cines locales.

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