Hortense Raynal, pruebas de fertilizantes – Libération

Hortense Raynal, pruebas de fertilizantes – Libération
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Con “Bouche-fumier”, su tercera colección, la poeta e intérprete cuestiona la esencia de la poesía en un lenguaje orgánico y descompuesto.

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Para responder a la pregunta “¿qué es la poesía?”, Hortense Raynal está llena de intuiciones. En esencia: sería sobre todo fertilizar el suelo de nuestra existencia a través de las palabras. Entiéndase, una serie de actos que debe realizar el poeta (palabra que para ella debería ser tan epicena como “poeta”): ponerse las botas, arremangarse, caminar en el barro, meterlo en todas partes, chapotear, ( ensuciarse con barro, revolver la lechada, también conocida como la mierda, “pero asegúrese de que nadie se tape la nariz”hacer pequeños agujeros, sembrar, plantar bulbos y dejar que suceda… “A veces hacer un poema ES tirar basura. la poesía realmente apesta, huele, no es neutral”dice también la intérprete en su última colección boca de estiércol, publicado por Cambourakis, el tercero después Ruralidades (2021) y somos pantanos (2023).

Un ensayo poético sobre la esencia –y cómo– de la poesía, la obra se desarrolla como un monólogo interior. La prosa de Hortense Raynal es orgánica: macera en un lenguaje vivo y deshuesado que dará frutos más tarde. Mientras tanto, el lector asiste a la putrescencia del pensamiento –o a su infancia– del que la poesía es sólo el nombre –y también un no. En otras palabras: no es hacia el fuego hacia donde debemos mirar, sino hacia lo que queda de él: sus cenizas muy frías, abono además. ¿Poesía otra vez? “forma que se mueve todo el tiempo que transmuta, permuta y muta. que crece y forma un rizoma gracias al estiércol poético. forma aterradora y monstruosa”. Lo entendemos también en las elecciones tipográficas, en un fraseo oral y en una libertad formal que privilegia lo bizarro sobre la norma sintáctica. Queer, en resumen.

Hortensia Raynal, boca de estiércol, Cambourakis, 112 págs., 15 euros.
el extracto

Escribir poesía es destruir la casa. la casa doméstica. a menos que hacer poesía signifique no construir nunca una casa. y sí y sí, no más refugio, no más refugio. Que pensaste, la poesía no es hogareña, no, no. peor que eso: no tiene casa. entonces una persona hogareña, no, ni siquiera es posible en casa, ni siquiera es posible quedarse en casa bajo las sábanas. solo la destrucción EXTERIOR de la casa, vamos. para hacer estiércol también hay que expulsar. moler. poesía, no sólo una fuerza creativa, no, no. Fuerza destructiva, sí, sí. Es difícil escribir, es difícil decir esta palabra; esa aún no la has entendido. ni la letra x – destrc, strc, trice, srix. estructura. ¿Es la poesía eso? ¿Esto es lo que te estoy dando ahora? ¿Completamente destruida como mi casa? ¿Dónde está mi casa? Ya no tengo casa. han destruido. es que lo que poeta destruye destruye destruye destruye

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