(Washington) Las distintas agencias de inteligencia de Estados Unidos consideran en general que es “muy improbable” que un adversario extranjero esté en el origen del misterioso “síndrome de La Habana”, pero la comunidad sigue dividida sobre la cuestión, según una evaluación de los servicios de inteligencia. lanzado el viernes.
Publicado a las 16:01
A partir de 2016, los diplomáticos estadounidenses y canadienses destinados en Cuba informaron haber padecido dolencias como migrañas, mareos, náuseas, problemas de visión, etc.
Estos “incidentes sanitarios anormales”, según la terminología utilizada en Estados Unidos, fueron luego denunciados en otras partes del mundo (China, Alemania, Australia, Rusia, Austria) e incluso en Washington.
Desde el principio, el asunto generó especulaciones generalizadas sobre su origen. Algunos funcionarios estadounidenses inicialmente restaron importancia a los síntomas atribuidos a veces al estrés, mientras que otros hablaban en privado de posibles ataques y ya sospechaban de países como Rusia.
“La mayoría de los miembros de la comunidad de inteligencia siguen creyendo que es “altamente improbable” que un adversario extranjero sea responsable de los hechos denunciados como posibles incidentes de salud anómalos”, subraya una nueva evaluación publicada en el sitio web de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional ( DNI).
Sin embargo, “un componente de [cette communauté du renseignement] estima que existe “aproximadamente la misma probabilidad” de que un actor extranjero haya utilizado una nueva arma o un prototipo de dispositivo para dañar a un pequeño e indeterminado subconjunto” de personal estadounidense, dice el texto.
Y otro componente considera que hay “aproximadamente las mismas posibilidades” de que un actor extranjero haya desarrollado un arma o dispositivo que podría haber dañado al personal estadounidense, añade la evaluación.
En 2017, Estados Unidos retiró a empleados no esenciales de su embajada recientemente reabierta en La Habana y expulsó a diplomáticos cubanos, en medio de sospechas de guerra electrónica.
Sin embargo, en 2023, la administración del presidente Joe Biden reabrió la oficina de inmigración de Estados Unidos en La Habana, que había estado cerrada durante la crisis.