“Fue como un ruido sordo”. A nuestros colegas de News12, Elyana Schuck les cuenta el temor de su vida. El lunes 24 de junio, su hijo de 20 meses casi pierde la vida en un extraordinario accidente.
Estaba chapoteando en una pequeña piscina inflable en el jardín de la casa familiar en Fair Lawn, Nueva Jersey (Estados Unidos). De repente, la madre escucha un fuerte ruido y mira hacia afuera.
“Él estaba llorando.”
“Pensé que era la piscina que había explotado, miré a mi alrededor y vi a mi hijo hundirse en el suelo, lo agarré inmediatamente. Estaba llorando, totalmente asustado”dice la madre.
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Bajo el peso de la pequeña piscina se creó un abismo de tres metros. Por milagro, su hijo Josiah está sano y salvo, pero Elyana Schuck ya no se siente segura: “Ya no puedo dormir. Me pongo ansioso cada vez que pienso en ello. Me pregunto qué podría haber pasado si no lo hubiera visto”.
La madre llamó a una empresa para que fuera a examinar el agujero. Lo más probable es que tenga que voltear todo el jardín para comprobar la resistencia del suelo.
Ya un precedente en el barrio
El objetivo es comprobar si el agujero no puede propagarse hacia la casa. Si este es el caso, la familia podría estar en peligro y se vería obligada a mudarse. Porque, según un vecino del lugar, no es la primera vez que esto sucede en el barrio.
Joe Nasso tuvo una experiencia similar hace unos veinte años. Un paisajista que fue a cortar el césped fue tragado por un agujero de tres metros de profundidad justo al lado de la fosa séptica. Una vez más, no hubo drama.
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