El acoso escolar es una lacra. En 2023 y según la encuesta PISA, casi el 20% de los niños de 15 años admitieron haber sido objeto de burlas. Un fenómeno tristemente generalizado que puede desembocar en verdaderas tragedias. El miércoles, la terapeuta francesa Emmanuelle Piquet tuvo el lleno total en St-Imier. La especialista en terapia breve originaria del Palo Alto estadounidense destiló su método y consejos frente a una sala abarrotada compuesta principalmente por profesores y padres. Emmanuelle Piquet centra su enfoque en el niño víctima, un niño que debe ser preparado para afrontar esta difícil situación. El cambio se induce principalmente mediante el debate, las preguntas, la prescripción de acciones concretas y no la escucha pasiva. El entorno, por supuesto, juega un papel importante, pero sobre todo no se trata de actuar como guardaespaldas entre el acosado y el acosador. “Esta podría ser una reacción normal de un padre que quiere proteger a su hijo. Pero el resultado podría ser totalmente contraproducente”, advierte.
Otro enfoque existente es centrar los esfuerzos en el niño acosador. Emmanuelle Piquet cree que esto es una pérdida de tiempo. “Generalmente se siente muy cómodo consigo mismo, el niño acosador suele ser un niño que se porta bien con sus padres, sus profesores y sus amigos. También sabe que cuando acosas, no eres acosado. Lo que realmente le da mucho miedo”, comenta.
Cuando se le pregunta si el acoso va en aumento desde la llegada de las redes sociales y de los teléfonos inteligentes, Emmanuelle Piquet lo matiza. Si los casos de violencia pueden trasladarse al nivel digital, a veces son sólo una extensión de lo que está sucediendo en la realidad. El autor de “Me defiendo del acoso”, publicado por Albin Michel Jeunesse, insiste en la importancia de detectar rápidamente los casos de acoso y de abordar el tema con la víctima en total confidencialidad. Entonces es posible educar al niño a defenderse, a replicar, algo de lo que por definición es poco capaz, de ahí su situación. Para reaccionar se necesita coraje, admite Emmanuelle Piquet. “Pero el niño acosado a menudo tiene mucho coraje, simplemente porque ya no puede soportar vivir este infierno. » /oza
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