Para afrontar el cambio climático, Berlín se convierte en una esponja

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“Antes el objetivo era drenar el agua de lluvia para poder cruzar la ciudad sin botas de goma”, bromea el portavoz de la gestión del agua de Berlín, Stephan Natz. La metrópoli ahora ha cambiado de rumbo y está trabajando para almacenar el agua de lluvia donde cae para limitar las inundaciones y luchar contra la sequía.

Este es el concepto de “ciudad esponja”, teorizado en los años 1970 y adoptado en 2018 por Berlín. En Estados Unidos, China y Europa, muchos centros urbanos se han adaptado a este enfoque que propone absorber, recolectar, drenar y reutilizar el agua de escorrentía.

El cambio climático provoca “una distribución más discontinua de las precipitaciones, es decir, sequías seguidas de fuertes lluvias, y un calentamiento cada vez mayor, que aumenta la evaporación”, explica Stephan Natz.

La piscina, de 40 metros de diámetro, recogerá cerca de 17.000 m3 de agua -cinco veces la capacidad de una piscina olímpica-, la almacenará y luego la enviará a una planta de tratamiento. (Foto John MACDOUGALL / AFP)

Cinco piscinas olímpicas

Símbolo de la transformación en curso: la gigantesca reserva de agua en construcción en el centro de la capital, a menos de dos kilómetros de la emblemática Puerta de Brandenburgo. La piscina, de 40 metros de diámetro, recogerá cerca de 17.000 m3 de agua -cinco veces la capacidad de una piscina olímpica-, la almacenará y luego la enviará a una planta de tratamiento.

Porque con un sistema de alcantarillado de 150 años y un clima más extremo que en el pasado, la ciudad ya no es capaz de gestionar tanto las aguas residuales como las de lluvia: “En caso de fuertes lluvias, las aguas se mezclan y desembocan en el río Spree, provocando la muerte de los peces y la contaminación visual”, explica Stephan Natz.

Con un sistema de alcantarillado de 150 años y un clima más extremo que en el pasado, la ciudad ya no puede gestionar tanto las aguas residuales como el agua de lluvia. (Foto John MACDOUGALL / AFP)

Al mismo tiempo, Berlín, aunque construida sobre antiguas marismas, se enfrenta desde hace varios años a una grave falta de agua. Después de cinco años de sequía, los niveles freáticos aún no han vuelto a los niveles normales, según datos del Instituto Leibniz de Ecología del Agua Dulce y Pesca. “En Berlín ha habido una lenta toma de conciencia sobre el valor del agua. Es uno de los lugares más secos de Alemania”, subraya Darla Nickel, directora de la Agencia de Gestión del Agua de Lluvia de la capital alemana, creada para apoyar la transformación de la ciudad en una esponja.

Ahora se requiere que cada nuevo proyecto inmobiliario aplique esta estrategia mediante el desarrollo de técnicas de recolección de agua de lluvia. Surgido de la tierra hace unos cinco años, el Distrito 52 grados Norte, en el suroeste de la ciudad, aplica cuidadosamente los nuevos preceptos. Alrededor de tres grandes estanques seguidos, donde el viento sopla entre los juncos, se mezclan alegremente padres jóvenes con cochecitos, niños y ancianos.

“¡Así de sencillo! »

El agua de lluvia “se recoge en los tejados verdes y en estos estanques. El agua se evapora y crea un aire más agradable”, afirma Darla Nickel. Las aceras verdes también están inclinadas para que el agua se infiltre más fácilmente en el suelo. “¡Verás, puede ser realmente sencillo! » exclama Darla Nickel.

“En Berlín ha habido una lenta toma de conciencia sobre el valor del agua. Es uno de los lugares más secos de Alemania”, subraya Darla Nickel, directora de la Agencia de Gestión del Agua de Lluvia de la capital alemana, creada para apoyar la transformación de la ciudad en una esponja.
“En Berlín ha habido una lenta toma de conciencia sobre el valor del agua. Es uno de los lugares más secos de Alemania”, subraya Darla Nickel, directora de la Agencia de Gestión del Agua de Lluvia de la capital alemana, creada para apoyar la transformación de la ciudad en una esponja. (Foto John MACDOUGALL / AFP)

Pero el desafío también es incrementar este tipo de medidas en el corazón de la ciudad. La agencia de gestión del agua de lluvia apoya más de treinta proyectos vinculados a la “ciudad esponja”. El municipio también anima a los particulares a instalar colectores de agua o tejados verdes, eximiéndolos del pago de tasas por la gestión y depuración del agua de lluvia. Sin embargo, los funcionarios locales son conscientes de que pasarán varias generaciones antes de que Berlín se convierta realmente en una “esponja”. “Queda por ver si el cambio climático nos dará tiempo”, observa Stephan Natz.

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