La tierra natal de Papá Noel debería ser toda blanca a finales de noviembre. En cambio, el termómetro marca +2°C y la lluvia cae intensamente en el cielo gris.
AFP
En la Laponia finlandesa, Papá Noel y sus duendes están ocupados haciéndose fotos con los turistas y respondiendo a las cartas recibidas de todo el mundo, pero están muy impotentes ante un nuevo fenómeno: hay poca nieve, en época navideña, el calentamiento global. .
Rovaniemi, un pueblo ártico que el marketing turístico finlandés ha vendido desde los años 1980 como el “verdadero hogar” de Papá Noel, debería estar completamente blanco a finales de noviembre.
En cambio, el termómetro marca +2°C y la lluvia cae intensamente en el cielo gris.
“Esperaba que hubiera mucha más nieve. Es decir, sentimos el ambiente navideño… pero pensé que sería un poco más parecido a Papá Noel”, confiesa Wenguel, un turista estadounidense.
“¡Mis renos pueden volar, así que no hay problema!” ríe uno de los Papá Noel del pueblo, vestido todo de rojo y blanco.
Antes de admitir inmediatamente: “Vemos que el cambio climático es real. Afecta la vida aquí en el Ártico, incluidos los renos”.
Debido a los inviernos más suaves e impredecibles, la nieve se derrite y luego se vuelve a congelar, de modo que se acumulan capas de hielo y los renos luchan por desenterrar los líquenes, su principal alimento.
El Ártico se ha calentado casi cuatro veces más rápido que otras regiones del mundo, según un estudio publicado en la revista Nature en 2022.
Los últimos meses han sido históricamente cálidos en la Laponia finlandesa. En noviembre se registró un nuevo récord con 11,1°C en la ciudad de Utsjoki. El anterior, de 11°C, databa de 1975.
Auge del turismo
Turistas de todo el mundo están allí, muchos de ellos con la esperanza de ver la aurora boreal iluminar el cielo.
Rovaniemi registró más de un millón de pernoctaciones el año pasado, un récord.
Los visitantes que quieran conocer a Papá Noel pueden dirigirse al pueblo del mismo nombre o al cercano parque de atracciones subterráneo Santa Park.
“Es realmente lindo. Es como en las películas navideñas, súper mágico”, dice María Batista Torres, originaria de Tenerife, España, quien vino con sus dos hijos pequeños y a quien no parece molestarle la ausencia de nieve.
La entrada al Pueblo de Papá Noel es gratuita, pero una foto con él cuesta al menos 40 euros. En Rovaniemi también se pueden realizar excursiones en motos de nieve o en trineos tirados por renos.
deseo de paz
A pesar del cielo sombrío, la oficina de correos de Santa está llena de actividad, con elfos pelirrojos ocupados estampando tarjetas y clasificando montones de cartas.
“En diciembre pueden llegar unas 30.000 cartas al día”, explica la elfa del correo Heidi Mustonen, que trabaja aquí desde hace 20 años. Más de medio millón de cartas llegan a Papá Noel cada año según Heidi, quien se asegura de que cada una se lea atentamente. La mayoría son listas de deseos de regalos, pero los adultos y los niños también escriben para compartir sus inquietudes.
“Este año mucha gente quería la paz”, afirma Heidi. La mayoría de las cartas de Asia fueron escritas por adultos jóvenes, muchos de los cuales piden fortaleza para completar sus estudios. Los de países europeos fueron escritos por niños.
Si se alegra del ambiente cálido y alegre que reina en el pueblo de Papá Noel, a Heidi le gustaría que la nieve alegrara el paisaje.
“Si pudiéramos, pondríamos nieve en todas partes. Pero sólo somos duendes del correo”, afirma.
(afp)
