El lobby ganador de los fabricantes para evitar la prohibición de los tarros de yogur y las bandejas de carne.

El lobby ganador de los fabricantes para evitar la prohibición de los tarros de yogur y las bandejas de carne.
El lobby ganador de los fabricantes para evitar la prohibición de los tarros de yogur y las bandejas de carne.
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Según la Ley de Clima y Resiliencia, los envases de poliestireno no reciclables deben prohibirse a partir del 1 de enero de 2025. Pero, según admite el propio gobierno, los fabricantes no podrán aplicar la ley. “Le Monde” y franceinfo tuvieron acceso a un informe que debería haber alertado a las autoridades en 2021.

“Las ambiciones de la ley eran demasiado ambiciosas. Estamos en un punto muerto. Los fabricantes no estarán preparados a tiempo.“. Preguntado por El mundo y franceinfo, el Ministerio de Transición Ecológica ya no lo oculta. La disposición de la Ley de Clima y Resiliencia de 2021, que prevé la prohibición de los envases de poliestireno no reciclables (tarros de yogur, cremas de postre o incluso bandejas de carne y pescado), no podrá aplicarse como estaba previsto el 1 de enero de 2025.

Sin embargo, esta renuncia en el frente de la transición ecológica podría haberse evitado sin una operación de lobby hábilmente llevada a cabo por la agroindustria y los fabricantes de plásticos, que utilizaron el conocido método “3 D”: “Negar, engañar, retrasar”. , es decir, en francés: negar, engañar, retrasar. Esta estrategia, utilizada en particular desde hace años por los gigantes de la industria tabacalera, consiste en ignorar o posponer cambios urgentemente necesarios. En este caso la reducción de residuos plásticos, más concretamente residuos de poliestireno. Un material que representa más de un tercio de los envases de plástico que se encuentran en el medio ambiente, pero al que los fabricantes tienen mucho apego por sus cualidades técnicas. El poliestireno, muy ligero y fácilmente rompible, es ideal para producir, en particular, los 14 mil millones de tarros de yogur que se compran y tiran cada año en Francia.

Problema: hoy en día ningún centro de reciclaje en Francia sabe cómo procesar estos residuos. Los que no se queman ni entierran (menos del 5%) se envían a España y Alemania, sin posibilidad de volver a entrar en contacto con alimentos. En el mejor de los casos, los tarros de yogur se transforman en perchas o maceteros. Sin embargo, cuando se votó la ley en 2021, los fabricantes lograron convencer a senadores y diputados, en lugar de optar por una prohibición firme el 1 de enero de 2025, de condicionar esta eliminación a la ausencia de un sector dedicado al reciclaje.

Al mismo tiempo, estos mismos industriales, unidos en un consorcio llamado PS25, se comprometen en el marco de una carta presentada al gobierno. “Crear un sector francés único para el reciclaje de envases de poliestireno con retorno al contacto con alimentos”. Entre los firmantes: Syndifrais, el sindicato profesional de los productos lácteos frescos (Yoplait, Lactalis, Senoble, Rians), los actores del lobby del plástico (Plastics Europe, Polyvia, Elipso), pero también Citéo, una empresa con una misión creada por empresas de al sector de bienes de consumo y distribución para reducir el impacto ambiental de sus envases y papel. Objetivo principal de la carta: reciclar “100% de los envases de poliestireno recogidos y clasificados” el 1 de enero de 2025, gracias a un “sector francés” reciclaje, cuyas fábricas serían “operativo a partir de 2023”. A falta de viabilidad técnica, los fabricantes se comprometen a desarrollar un “plan operativo de salida” poliestireno “Hacia soluciones alternativas reciclables o reutilizables”.

Unos meses más tarde, en diciembre de 2021, se presentó un informe de progreso al Ministerio de Transición Ecológica. A diferencia de los estatutos de la PS 25, no se publican en el sitio web del ministerio. Nunca se hizo público, pero El mundo y franceinfo pudieron consultarlo. Este documento, carente de bibliografía, condensa en unas cincuenta páginas numerosas acusaciones sin fundamento, sesgadas e incompletas. Podemos leer en particular que los plásticos tienen un mejor historial medioambiental que sus alternativas. Ni una palabra sobre los modelos implementados en otros países, como los tarros de vidrio retornables en Alemania, o el uso de plásticos menos problemáticos como el tereftalato de polietileno (PET) en Estados Unidos, Reino Unido, España o Portugal. Nunca se discuten los estudios desfavorables al poliestireno. Por último, el informe prevé una tendencia al alza en el suministro de material de poliestireno, en contradicción con los objetivos de la ley AGEC de 2020 sobre la reducción de plásticos.

Sin embargo, es sobre la base de este documento, y con el consentimiento del gobierno, que los fabricantes han optado por no renunciar al poliestireno, favoreciendo la vía del reciclaje químico, sobre el que podemos leer en el informe que las tecnologías “desarrollarse muy rápidamente”aunque para ello los firmantes del informe soliciten “Apoyo de las autoridades públicas”. Tres “proyectos operativos” Destacan los franceses: el de una planta de reciclaje químico, llevada a cabo por el grupo Michelin, otra de la empresa Inéos en Wingles, en Paso de Calais, y finalmente el tercer proyecto llevado a cabo por TotalEnergies, que prevé integrar poliestireno en su unidad de reciclaje químico del Sitio Grandpuits en Sena y Marne.

En cuanto a Michelin, el informe precisa que los residuos recogidos se enviarán a una fábrica para su reciclaje “con base en Francia”permitiendo “tratar el término entre 15 000 y 20 000 toneladas de poliestireno cada año.

Si bien el informe preveía un seguimiento periódico de la marcha de los proyectos en cuestión, hasta la fecha todos han sido abandonados, como nos confirma el gobierno, que se defiende: “Cuando se publicó el informe en 2021, el contexto era diferente. Con fabricantes como Michelin pensábamos que había jugadores serios, pero no funcionó debido a problemas técnicos inesperados. El problema es que nos dimos cuenta de esto demasiado tarde. Hay que hacer mucho para conocer los impasses, las razones de estas dificultades y comprender mejor por qué existen diferencias en las situaciones.

“Es inadmisiblereacciona Charlotte Soulary de Zero Waste France (ZWF), una ONG que pide una política ambiciosa para reducir los residuos plásticos. Este informe revelado por El mundo y franceinfo deberían haber alertado al gobierno sobre el impasse en el reciclaje del poliestireno”. La asociación pide una comisión parlamentaria de investigación tras las elecciones para comprender lo sucedido y denuncia “un verdadero desperdicio de dinero público, aunque falta una política pública fuerte a favor de la reutilización de los envases”. De hecho, a principios de 2022, los ministerios de Transición Ecológica y de Industria lanzaron una convocatoria de proyectos sobre reciclaje químico, con 300 millones de euros de financiación pública. Cuando se le preguntó sobre el uso de estos fondos, Ademe, responsable de la licitación, no quiso respondernos.

Por su parte, la organización Citeo explica que todavía seleccionó dos proyectos industriales ubicados, no en Francia como estaba previsto en el informe, sino en España, en Valencia, para el reciclaje mecánico, y en Bélgica, en Amberes, donde se encuentra una fábrica de reciclaje químico. “entrará en servicio antes de fin de año” en Bélgica. En última instancia, estas dos fábricas juntas podrán gestionar 10.000 toneladas de poliestireno para reciclar, de las cuales el 20% se procesará en España. Muy lejos de las 105.000 toneladas que se ponen en el mercado cada año. Pero Citéo sigue afirmando que “El objetivo de la Carta de reciclar el 100% de los residuos recogidos y clasificados se alcanzará a tiempo”aunque admite no poder cuantificar la cantidad de residuos de poliestireno que se recogen hoy en día en Francia cada año.

Queda por ver qué sucederá el 1 de enero de 2025. Preguntado por un senador durante una sesión de preguntas con el gobierno el 4 de junio, Dominique Faure, ministro responsable de las autoridades locales y de la ruralidad, indicó que sería “razonable” posponer la prohibición de los envases de poliestireno para alinearse con la nueva normativa europea que prevé que todos los envases sean reciclables en 2030. El Ministerio de Transición Ecológica asegura ahora que será el futuro gobierno quien decida.

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