Seúl acusa a Pyongyang de suministrar armas y, más recientemente, miles de soldados a su aliado, en medio de un ciclo de fortalecimiento de sus vínculos.
Estos soldados “fueron asignados a las brigadas aéreas y a la marina rusas para entrenamiento táctico y de intervención. Se estima que algunos participaron en combates” en la región fronteriza de Kursk, continuó Lee.
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Según él, los servicios de inteligencia calculan en 11.000 el número de norcoreanos enviados a Rusia para la guerra y entienden que estas tropas “están sufriendo pérdidas”.
Ni Pyongyang ni Moscú han confirmado la presencia de estos militares. Corea del Norte, sin embargo, afirmó a finales de octubre que cualquier despliegue sería “de conformidad” con el derecho internacional.
Los dos aliados están vinculados por un tratado de defensa mutua, ratificado recientemente.
Según los analistas, la aceleración de las pruebas de armas por parte del Norte podría ser un paso preliminar para nuevos envíos de equipos a Rusia.
El creciente compromiso de Pyongyang con Moscú ha empujado a Seúl a cambiar su posición respecto a la guerra en Ucrania, y ya no descarta entregar armas directamente a Kiev.
