Enviado permanente a París
ILe quedan dos semanas para intentar revertir la tendencia. Marine Le Pen y sus veinticuatro coacusados, que comparecen por malversación de fondos públicos, intentarán en los próximos días convencer al tribunal penal de París de que los libere en el caso de los asistentes parlamentarios europeos.
La semana pasada, la fiscalía presentó una acusación mordaz contra el partido de extrema derecha y contra la mujer que lo presidió de 2011 a 2021, pidiendo cinco años de prisión (dos de ellos), una multa de 300.000 euros pero, sobre todo, cinco años de prisión. Pena de inelegibilidad de un año acompañada de ejecución provisional. Si los jueces siguieran la acusación, esto significaría que la tres veces candidata presidencial, cualesquiera que sean las apelaciones que pueda presentar, no podría presentarse a las elecciones del Elíseo de 2027.
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Demostrar la validez de los mandatos.
Desde el lunes, la defensa ha expresado su opinión. Los abogados de los acusados y del RN (procesado como persona jurídica) pretenden alegar la “injusticiabilidad” de los actos parlamentarios. Juzgar el ejercicio de un mandato político sería contrario a la separación de poderes, según ellos. Y si durante los debates los acusados se vieron muchas veces en dificultades respecto a la realidad de su trabajo en Estrasburgo o Bruselas, sus abogados intentarán demostrar que no cumplían misiones ficticias. Según ellos, su mandato podría entenderse como un trabajo político en sentido amplio.
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Los abogados de Marine Le Pen hablarán por última vez, el 27 de noviembre, antes de que se delibere la sentencia a principios de 2025.
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