Cómo la incompetencia llega a la cima de las empresas

Cómo la incompetencia llega a la cima de las empresas
Cómo la incompetencia llega a la cima de las empresas
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Aunque ha sobrevivido a los siglos, fue en 2018 cuando realmente salió a la luz el término “kakistocracia”. En Estados Unidos, mientras un conflicto abierto opone a Donald Trump y al ex director de la CIA John Brennan, este último escribe al ex presidente estadounidense: “Su kakistocracia está colapsando. » Posteriormente, varios artículos de prensa utilizaron la expresión, considerada particularmente adecuada a la forma de gobernar de Trump.

¿Cómo se llama la kakistocracia? El uso del griego antiguo nos da la clave: kakistos es el superlativo de kakos” malo “, kratos significa “poder”. La kakistocracia designa así “liderazgo de los incompetentes”. El fenómeno, denunciado en el ámbito político, se observa también en el mundo empresarial. Este es el propósito del último trabajo de la investigadora en ciencias de la gestión Isabelle Barth, Kakistocracia o el poder de los peores (Ediciones EMS).

Hasta ahora, el tema ha sido poco estudiado en la investigación sobre gestión y es difícil de cuantificar. Sin embargo, el autor, al reunir numerosos testimonios, nos muestra sus múltiples manifestaciones. Ofrece así una inmersión en el corazón de las organizaciones, lo más cerca posible de los grupos de trabajo, donde se expresan cada día los fallos humanos que, a menudo, permanecen desconocidos fuera de los muros de la empresa.

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¿Por qué las kakistocracias logran establecerse en un mundo económico exigente, cuyos actores participan en una carrera continua por el desempeño? ¿Cuáles son los prejuicios que permiten que personas incompetentes lleguen a la cima de la jerarquía? METROa mí Barth distingue varios orígenes para este “gobernanza de los mediocres”.

Afecta a los empleados

En primer lugar, se analizan los criterios de contratación o promoción de determinadas empresas, donde los cuerpos, los títulos, incluso los “clanes” son a veces privilegiados, favoreciendo la reciprocidad. Una comunidad que también puede ser familia. El autor evoca así “Estas PYMES donde el fundador poco a poco “coloca” a sus hijos en diferentes puestos directivos”. Otro defecto, en el servicio público, donde “avanzamos a través de oposiciones, en base a criterios que nada tienen que ver con las exigencias de los puestos”señala Léo, agente de la administración pública citado en el trabajo.

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Isabelle Barth también denuncia la actitud de los responsables de la toma de decisiones que influirán en la movilidad interna para compensar su propia incompetencia. Allá “trampa competente” es un clásico del género, señala: “Un jefe de departamento, un directivo (…) mantendrá a toda costa al experto, al hipercompetente en su equipo, favoreciendo la promoción de los menos competentes. » Leïla, que trabaja en el sector de la investigación, confirma: “He estado estancado durante años en una posición sin futuro porque llevo el servicio a distancia. Mi jefe lo sabe bien y me bloquea. » Otro sesgo: el miedo a la competencia. El gerente “Rodéate de gente “menos buena” que no te haga sombra” y quién, en ocasiones, estará en deuda con él.

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