El asunto Scurati, una herida europea

El asunto Scurati, una herida europea
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El asunto Scurati, una herida europea

Maurizion Molinari, director de “La Repubblica”*

Publicado hoy a las 7:37 am.

La censura de la televisión pública italiana (Rai) contra el escritor Antonio Scurati y el ataque personal que sufrió por parte de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, nos dicen que en Italia el Estado de derecho es un ataque.

Primero la censura, luego el ataque personal, porque Scurati iba a leer un monólogo en televisión con motivo del aniversario de la liberación de Italia del fascismo nazi, que tuvo lugar el 25 de abril de 1945.

Esto plantea la cuestión de por qué el Primer Ministro italiano, a pesar de haber condenado repetidamente el fascismo, sigue sin poder hablar de “antifascismo”.

“La privación de un escritor –o de cualquier ciudadano– de su derecho a hablar por parte de un gobierno constituye una violación de la libertad de opinión”.

La privación de un escritor –o de cualquier ciudadano– de su derecho a hablar por parte de un gobierno constituye una violación de la libertad de opinión, pilar del Estado de derecho, protegido por los tratados de la Unión Europea y proclamado por las Constituciones de nuestros países. como un derecho fundamental. Por eso la censura contra Scurati no es sólo un asunto italiano, sino una injuria europea.

Se trata de una herida europea porque cuando un solo ciudadano de la UE, en cualquier país, no puede expresar su opinión, es un problema de todos.

Es un agravio europeo porque, cuando la televisión pública de un país de la UE, en lugar de acoger todo tipo de opiniones, prefiere elegir sólo una, es asunto de todos.

Se trata de un daño europeo porque, cuando el poder ejecutivo designa públicamente a un individuo como su adversario, más allá de la crítica legítima de sus ideas, es un problema para todos los ciudadanos de la UE.

La censura de Scurati no es una controversia política entre un partido y otro, y no debe confundirse con las batallas electorales en curso, ya que se trata del ejercicio de la libertad de expresión. Cuando esto se viola, todos nosotros, los ciudadanos europeos, nos volvemos más vulnerables.

Lamentablemente, Italia no es el único, ni el primero, país de la UE donde el poder ejecutivo excede sus prerrogativas legítimas y cede a la tentación de limitar y atacar la libertad de información para silenciar voces y opiniones no deseadas. Por eso la tarea de los medios independientes es poner de relieve este comportamiento para prevenirlo.

* “La Repubblica” forma parte de la alianza LENA junto a “Figaro”, “El País”, “Die Welt”, “Soir”, “Gazeta Wyborcza”, “Tribune de Genève” y “Tages-Anzeiger”.

* “La Repubblica” forma parte de la alianza LENA junto a “Figaro”, “El País”, “Die Welt”, “Soir”, “Gazeta Wyborcza”, “Tribune de Genève” y “Tages-Anzeiger”.

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