Un ministro expresó su punto de vista de extrema derecha, con una breve frase que indignó a RN. La extrema derecha está poniendo explícitamente en juego el futuro de Bayrou.
¿Tiene François Bayrou motivos para alegrarse este miércoles, tras su importante discurso de política general? El Primer Ministro tenía la intención de sacudir las líneas fijas de ciertos grupos parlamentarios, quebrar el NFP y ampliar la base de diputados que probablemente le brindarían un apoyo tácito. El tono utilizado para hablar de una inmigración que “pone en peligro la cohesión de la nación” y su preocupación por integrar rápidamente una mayor representación proporcional en las elecciones legislativas podría haber seducido a RN. Su deseo de reiniciar la reforma de las pensiones podría haber atraído al PS.
Pero está claro que estos esfuerzos resultaron bastante inútiles. Los socialistas consideran que la concesión del presidente del Gobierno tiene aire de humo y espejos, ya que es probable que los interlocutores sociales no consigan cambiar ni una coma la actual reforma de las pensiones. La RN, por su parte, hizo saber que el jefe de Gobierno estaba en una línea demasiado cercana a la de Emmanuel Macron y Michel Barnier para que la extrema derecha le concediera sus favores. Pero los diputados de la RN no vieron en el discurso del Primer Ministro ningún motivo para censurarlo. No lo suficiente para entusiasmarse en Matignon, pero sí para dar un suspiro de alivio.
Patatras unas horas más tarde. El martes por la tarde, en BFMTV, el ministro de Planificación Regional, François Rebsamen, estimó que el gobierno debería ser constructivo y escuchar a los parlamentarios sobre cada proyecto de ley. “¿Incluso los rebeldes?” preguntaron los periodistas. “Sí. Incluso los diputados del LFI. Respeto a todas las fuerzas políticas”, respondió y agregó: “Excepto la RN. Lo digo aquí, es mi posición. No respeto a quienes llevan, afortunadamente, lo sé en mi departamento (la Côte d’Or, ndr.), discursos de odio y de exclusión de los demás.
Y ahora el RN, que no obstante ha expresado su deseo de estabilidad, bien podría cambiar de opinión. “François Bayrou debería recordar rápidamente a su ministro que el respeto debido a los 11 millones de votantes franceses de la Agrupación Nacional es una de nuestras principales exigencias”, escribió Jordan Bardella en reacción a X. El presidente del partido de extrema derecha francés añade que “ insultarlos es una línea roja que es mejor no cruzar cuando se forma parte de un gobierno minoritario”. Otros cargos electos de la RN formularon la misma amenaza, en particular Yoann Gillet, diputado por el Gard y portavoz del partido, o el diputado de la RN por Bocas del Ródano, Franck Allisio.
¿Sin respeto, sin apoyo?
Estas reacciones de enojo de los funcionarios electos están lejos de ser triviales. En realidad, la amenaza no es tan leve como Matignon podría pensar y es probable que los asesores de François Bayrou le alerten del riesgo real de censura basada en el “insulto” dirigido a la RN. Es posible que el Primer Ministro haya olvidado que en realidad no hay justificación –a nivel institucional– para que los partidos de la oposición no voten a favor de la censura en un gobierno al que no apoyan. La propia Marine Le Pen sorprendió al dejar constancia de la “no censura” previa de Michel Barnier. Luego explicó esta elección, nada natural, por el “respeto” mostrado por el Primer Ministro hacia la RN.
Los observadores tienden a olvidarlo: el apoyo tácito –o la falta de censura previa– de la extrema derecha al gobierno no se basa en un apoyo programático. De lo contrario. Se basa únicamente en dos elementos: la preferencia por la estabilidad sobre la inestabilidad; la exigencia de ser escuchado y de ser un interlocutor respetado. El primer elemento, como vimos con la caída de Michel Barnier, es muy relativo.
Si François Bayrou no reformula públicamente a su ministro, corre la misma suerte que su predecesor. Y es probable que no conceda ningún salamalec a la RN. El propio Primer Ministro consideró en Nochebuena en BFMTV que la RN “no respeta una determinada cantidad de valores o principios”, y añadió: “Los valores de la república son la fraternidad. ¿Hay fraternidad cuando consideramos que las personas que están en nuestras calles deben ser excluidas a toda costa? No lo creo”.