El trágico incidente es “un poderoso recordatorio de la crueldad y el peligro asociados con el cautiverio de animales salvajes”, dijo la organización de derechos animales Peta.
“Los elefantes son criaturas muy inteligentes y sensibles que sufren enormemente en entornos antinaturales donde se ven obligados a interactuar con los humanos, lo que a menudo conduce a comportamientos impredecibles y peligrosos”, dijo Jason Baker, vicepresidente de campañas internacionales de Peta Asia.
Según los informes, el elefante golpeó al turista con su trompa. El accidente se produjo delante de su amiga y de otros turistas, mientras la mujer se bañaba con el elefante, uno de los momentos más destacados de las visitas a estos centros.
Los campamentos son una importante fuente de ingresos
Varios miles de elefantes domesticados viven en Tailandia con sus mahouts (cuidadores de elefantes).
En los últimos años, la muy criticada explotación de animales para recorridos turísticos a caballo ha disminuido significativamente, pero innumerables campamentos de elefantes, que en su mayoría se anuncian como centros de rescate para animales rescatados, ofrecen encuentros supuestamente amigables con el animal nacional de Tailandia.
Las instalaciones son una gran fuente de ingresos turísticos. Porque el contacto cercano con los paquidermos está en lo más alto de la lista de deseos de muchos viajeros a Tailandia y están dispuestos a pagar por ello. Las visitas de medio día suelen costar el equivalente a al menos 60 euros.
A cambio, los visitantes pueden alimentar a los animales, pasear con ellos por el campamento y, a menudo, darse baños de barro juntos en ríos o estanques. Sin embargo, existen grandes diferencias: mientras que algunos centros se preocupan por el bienestar animal, en otros se trata principalmente de dinero.
El mensaje al público es que se mantenga alejado de cualquier instalación donde sea posible el contacto directo con elefantes, enfatizó Baker.
“Las verdaderas áreas protegidas sólo ofrecen recorridos de observación y mantienen a los visitantes a una distancia adecuada de los elefantes para no molestar a los animales ni poner a los visitantes en peligro”.
