La sentencia pertenece a Chus Trujillo en la Radio Autonómica: «Nos sacó los colores el rival». El cuatro a cero del Elche al equipo de Diego Martínez traerá consecuencias. Aún no sabemos cuáles serán, pero haberlas las habrá. Ha sido un gran castigo para empezar el año. Se puede caer en la Copa del Rey, claro. Y perder, pero hay que conservar las formas. El equipo amarillo ofreció un espejismo desastroso, si se compara con lo que estábamos acostumbrados a contemplar en LaLiga. Los locales, por momentos, jugaban y triangulaban, y la afición coreaba olé, olé para escarnio de los visitantes.
En la primera parte parecía que la UD dominaba sin tener el balón, que los de Segunda aspirantes al ascenso se hundirían con las genialidades de los amarillos; un fogonazo de Fabio Silva, por ejemplo. Era optimismo navideño. Todo fue a peor. ¿Salen los ánimos de los amarillos como estaban tras cerrar el año pasado con triunfos? Veremos. El domingo hay una oportunidad de redención frente al Getafe en Siete Palmas.
carla antonelli
Para terminar, un cuento navideño. Javi Muñoz, que perpetró uno de sus peores encuentros en Elche, viajaba a Madrid con un libro en las manos en uno de los vuelos navideños para el descanso antes de la Nochebuena. Era de los poco que leía en soporte papel. Una semana después, regresaba a la Isla en el mismo vuelo que Fabio Silva, retornado de Portugal por la T4. El delantero portugués volaba en la misma fila de la clase turista que la senadora de Mas Madrid Carla Antonelli, casi codo con codo sin conocerse. En cambio, el regreso de Javi Muñoz, en el mismo aparato de Iberia, era en preferente, cerca de la cantante Soraya. Ambos futbolistas llegaron a Las Palmas de Gran Canaria aquel lunes para reanudar los entrenamientos antes de cenar en la Ribera del Río Miño con el presidente Miguel Ángel Ramírez. Tanto viaje, tanta cena y tanta fiesta pasan factura. En Elche parecían otros.
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