Cuando lees las palabras “Todo lo que quiero para Navidad eres tú”, ¿te viene a la mente inmediatamente la canción con ese título? Si es así, no estás solo: la canción de Mariah Carey, grabada en 1994, es una de las canciones navideñas más vendidas de todos los tiempos. Y se estima que le genera entre 3,5 y 4 millones de dólares cada año.
¿Por qué tiene tanto éxito? La respuesta, en parte, es la increíble voz de Carey. Pero otro es el tema de la canción. En una entrevista con Buenos días Américacontó su origen: “Estaba trabajando en ello yo sola. . . en este pequeño teclado Casio y escribiendo palabras y pensando: ‘¿En qué pienso en Navidad? ¿Qué amo? ¿Qué quiero? ¿Con qué sueño?’”. Y agregó: “Mi objetivo era hacer algo atemporal, para que no pareciera los años 90, que fue cuando lo escribí”.
Sus letras, por caprichosas que sean, expresan algo atemporal: “Santa Claus no me hará feliz con un juguete el día de Navidad”, porque “todo lo que quiero para Navidad eres tú”.
“El mundo occidental se ha vuelto oficialmente loco”
Fuimos creados para querer más que los “juguetes” que este mundo puede ofrecer, porque fuimos creados para el mundo eterno por venir. Por eso las posesiones no deben poseernos, ya que nada de lo que podamos hacer puede llenar el “vacío en forma de Dios” con el que Dios nos hizo.
Los pecadores no pueden salvarse del pecado más de lo que las personas que se están ahogando no pueden salvarse de ahogarse. Y nuestro mundo caído es demasiado impredecible para ser una fuente confiable de estabilidad.
Hubo un día en que la gente veía el futuro como una época de progreso e incluso de glamour. Las radios y los tocadiscos llevaron la música a hogares que no podían permitirse un piano. Las películas ofrecían entradas de teatro económicas. El Modelo T y sus sucesores brindaron a la gente común y corriente el tipo de transporte personal que alguna vez estuvo reservado para la élite propietaria de autocares. La abundancia material de la posguerra trajo consigo nuevas casas, televisores y aparatos de cocina en los suburbios.
Eso fue entonces, esto es ahora.
De cara al año 2050, el Pew Research Center concluyó que:
- El 66 por ciento de los estadounidenses cree que la economía estadounidense será más débil.
- El 71 por ciento dice que Estados Unidos será menos importante en el mundo.
- El 77 por ciento cree que nuestro país estará más dividido políticamente.
- El 81 por ciento dice que la brecha entre ricos y pobres aumentará.
Desde la gripe aviar en California hasta la sequía en el suroeste, pasando por la disminución de la superioridad aérea estadounidense en el mundo y una amenaza militar emergente en Pakistán, las noticias de hoy ofrecen muchas razones para temer el futuro. Como escribió recientemente un analista geopolítico: “Uno sería perdonado” por pensar que “el mundo occidental se ha vuelto oficialmente loco”.
“Un pesimista nunca se decepciona”
Tememos al futuro en gran parte porque es, por definición, desconocido e incognoscible, y tememos a lo que no conocemos. ¿Por qué?
En parte, ese miedo es una respuesta de supervivencia primordial: si anticipamos lo peor, creemos que estamos mejor preparados si sucede. “Un pesimista nunca se decepciona”, como dice el refrán.
Pero ese miedo también dice algo sobre nuestra visión de Dios. La mayoría de nosotros creemos que es tan omnisciente que conoce el futuro y tan omnipotente que puede hacer lo que quiera. Simplemente no siempre estamos seguros de que sus decisiones para nosotros sean las que elegiríamos para nosotros mismos.
Los antiguos griegos y romanos describían a Zeus y sus otros dioses como caprichosos y crueles, reflejando el mundo que supuestamente gobernaban estas deidades. Nuestro mundo es tan caído y caótico como el de ellos, lo que nos lleva a preguntarnos si nuestro Dios es tan caprichoso y cruel.
Por eso la Navidad es una noticia tan buena e imprescindible.
“El amor perfecto expulsa todo temor”
La próxima vez que te preguntes si Dios te ama, recuerda su decisión de enviar a su Hijo a morir por ti. Recuerde la decisión de su Hijo de renunciar a su gloria en el cielo para tomar carne humana y poder morir por los pecados humanos. Recuerda la humildad de su nacimiento, que ilustra la compasión incondicional de su gracia.
Las Escrituras declaran: “El amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto demuestra que no hemos experimentado plenamente su amor perfecto” (1 Juan 4:18 NTV). AW Tozer comentó:
“El amor echa fuera el miedo, porque cuando sabemos que somos amados, no tenemos miedo. Quien tiene el amor perfecto de Dios, el temor ha desaparecido del universo por él”.
En este sentido, considere algo de sabiduría del estimado Diario de Wall Street la escritora de opinión Peggy Noonan. En su reciente gira de promoción de su libro, le preguntaron: “¿Es usted optimista?” Su respuesta:
Los optimistas tienden a pensar que sucederá algo bueno y correcto, y yo no necesariamente. Pero tengo fe y tengo esperanza. La vida requiere agallas. No dejes que todas las malas noticias entren en ti y te roben la paz. Mantén las cosas grandes en tu cabeza. Hace dos milenios nació un bebé y toda la ridícula historia (la virgen, el marido, el establo, la estrella) es cierta y cambió el mundo. Comparado con esto, nuestras preocupaciones actuales no son nada.
“Santos temerosos, tomad nuevo coraje”
El poeta inglés William Cowper, que luchó poderosamente contra la depresión y la desesperación, señaló, no obstante, el camino hacia la esperanza que necesitamos:
En lo profundo de minas inescrutables
De habilidad que nunca falla,
Atesora sus brillantes diseños,
Y obra su voluntad soberana.Santos temerosos, tomad nuevo coraje;
Las nubes que tanto temes
son grandes con misericordia y se romperán
En bendiciones sobre tu cabeza.
¿Qué “nubes” confiarás hoy a tu amoroso Señor?
Noticias del martes para saber:
*Denison Forum no respalda necesariamente las opiniones expresadas en estas historias.
Cita del día:
“El gran Dios no sólo ama a sus santos, sino que ama amarlos”. —Jerry puentes