La actriz Marisa Paredes ha fallecido esta madrugada en el Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid a los 78 años, según ha confirmado este martes la Academia de Cine. La intérprete, premio Nacional de Cinematografía en 1996, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2007 y Goya de Honor en 2018, entre otros muchos galardones, fue una de las más insignes representantes de la interpretación española durante seis décadas de carrera en la que trabajó con directores como Pedro Almódovar y Agustí de Villaronga.
La hija de la portera, como ella misma se definía, comenzó a trabajar a los 14 años diciendo una frase que también está en El Padrino: “¡Han matado al compadre Turino…”. Ahí le vio el guionista y director, Víctor Vadorrey, que le mandó a conocer a Conchita Montes, que por entonces ensayaba en el Teatro de la Comedia. Desde aquel momento, no dejó de trabajar. “A mí siempre me han dado personajes especiales”, decía en una entrevista en ICON. “He tenido la suerte de que, como no tengo pinta española, no soy Concha Velasco o estas estupendas, cuando la televisión era culta y daban teatro, yo hacía todos los dramas de Chéjov, de Dostoievski, de Ibsen. Era el alma rusa. El gran drama. Tengo esa cosa honda”.
El nombre de Paredes estará atado para siempre al de Almodóvar, por su legendaria colaboración en los clásicos Entre tinieblas (1983), Tacones lejanos (1991), La flor de mi secreto (1995), Todo sobre mi madre y La piel que habito (2011). Pero también es una presencia esencial en el teatro, inmortalizada en incontables obras emitidas en el Estudio 1 de RTVE, así como en la filmografía de muchos de los mayores cineastas hispanohablantes, de Agustí Villaronga (Tras el cristal, 1986) de Arturo Ripstein (Profundo carmesí, 1986), pasando por Guillermo del Toro (El espinazo del diablo, 2001). Trabajó también con Lluis Pasqual —“el que más confió en mí”, aseguró—. Actualmente, estaba ensayando con él en Madrid la obra Cargada de futuro.
Presidió la Academia de Cine en uno de los momentos más complicados de esta institución, durante la guerra de Irak. Ella protagonizó con sus compañeros aquel No a la Guerra de los Goya de 2003. “Un momento histórico de gran trascendencia. Un acto de libertad. Todo el país negaba la guerra y aquella mentira de las armas de destrucción masiva. Toda la profesión salió y todo el mundo siguió aquel grito… Metí en una caja de zapatos, yendo a la gala, las pegatinas de ‘No a la Guerra”, contaba en una entrevista en EL PAÍS.
Paredes siempre se comprometió con varias causas políticas y sociales. La última fue con la llegada de Vox a los gobiernos autonómicos en alianzas con el PP. “¿Pero qué es esto, cómo pueden tener tanto miedo a la libertad, a la cultura?”, se preguntó la intérprete en un acto de campaña con Sumar en julio de 2023 después de que estas coaliciones de derechas anunciaran cancelaciones de distintas obras de teatro y películas en aquellos lugares donde gobernaban.
Volvió a trabajar recientemente con un papel en los últimos capítulos de Vestidas de azul (Atresplayer), producción de los Javis. Deja una hija, María, que tuvo con su primer marido, Antonio Isasi Isasmendi, también actriz: “¡La flor de mi vida!”, decía de ella.
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