Árboles arrancados de raíz, casas destrozadas, barcos apilados, montones de chapas y desechos… En pocas horas, el ciclón Chido dejó un paisaje devastado en Mayotte. Las autoridades temen “varios cientos” muerto, tal vez “unos cuantos miles” en el departamento más pobre de Francia. Alrededor de un tercio de la población vive en hábitats precarios, que han sido completamente destruidos.
Con ráfagas de viento superiores a 220 km/h, Chido se considera un ciclón tropical intenso, el penúltimo nivel de fuerza en el Océano Índico antes de los ciclones muy intensos. En cualquier caso, es el más poderoso que Mayotte ha visto en noventa años. Superó a Kamisy, en 1984, que hasta entonces había sido un referente en la zona.
Pero más que su intensidad, es su trayectoria lo que resulta excepcional. “Chido siguió una configuración extremadamente rara”explica Sébastien Langlade, responsable de la previsión de ciclones en el centro meteorológico regional especializado en ciclones de Reunión. En el 95% de los casos, los ciclones tropicales que cruzan el océano Índico de este a oeste golpean Madagascar y luego se desintegran, lo que les hace llegar debilitados al canal de Mozambique, al norte del cual se encuentra Mayotte. «Esta vez, Madagascar no actuó como barrera: el sistema adoptó una trayectoria oeste-noroeste, lo que le permitió evitar el extremo norte de Madagascar durante 70 kilómetros y llegar con toda su fuerza a Mayotte »continúa el experto. Por lo demás, la probabilidad de que el ojo de la tormenta impactara en un área tan pequeña era extremadamente baja.
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