Este día de censura nos hizo ver en una unidad de tiempo, lugar y acción, la tragedia de una vida política que se derrumba sobre sí misma.
Jean-Luc Mélenchon estaba en la grada. Tuvo una gran tarde. El espectáculo cumplió todas sus expectativas. La izquierda recibió los golpes contra el gobierno, culpable de dar demasiado a la Agrupación Nacional, y el partido de Marine Le Pen ofreció una mayoría a un texto que denuncia explícitamente su movimiento. La RN se alió con la extrema izquierda anti-RN para censurar a un primer ministro de derecha. El gobierno ha caído como un fruto maduro. Esto no había sucedido en sesenta y dos años. Los libros de historia dirán que se trataba de la ausencia de indexación de las pensiones de jubilación…
Al borde de un abismo financiero, de una degradación económica, nuestro país está atravesado por una delincuencia ciega y galopante, golpeado por una desestabilización migratoria que amplifica todas sus dificultades. Francia está patas arriba, pero la política se limita a negociaciones categóricas y combinaciones liliputienses. La barbilla está levantada, la voz es fuerte, las palabras…
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