Ante el tribunal especial, Brahim Chnina, el padre del adolescente que mintió y que había iniciado la ola de ciberacoso contra el profesor, se arrepintió pero dio pocas explicaciones, exasperando a las partes civiles.
Este lunes, en el inicio de la quinta semana del juicio por el asesinato de Samuel Paty, el Tribunal Especial escuchó a Brahim Chnina, el padre del adolescente que mintió sobre su presencia durante el asesinato del profesor. Interrogado durante 10 horas, no respondió claramente a las preguntas y abandonó la habitación con un gran sentimiento de frustración.
Fue él quien lanzó entonces la ola de ciberacoso, una campaña de odio contra el profesor de historia y geografía que desembocó en la muerte de Samuel Paty en octubre de 2020, decapitado por un joven islamista radical. “Hay que castigarlo”, “Hay que romperle el lomo”, “Puedo tener la dirección de este hijo de puta”, escribió en particular en mensajes publicados antes del asesinato del profesor.
Se arrepiente pero no hay explicaciones.
“No soy un terrorista, fui un estúpido y lo lamento”: estas palabras, Brahim Chnina, de figura demacrada, las repite una docena de veces ante el Tribunal. Pero a la hora de entender qué lo impulsó a difundir videos y mensajes de odio hacia Samuel Paty en redes sociales, el hombre de 52 años no da explicaciones.
Apolline Mañana del 3 de diciembre – 7 a.m./8 a.m.
“¿Por qué ni siquiera escuchaste a quienes te decían que la situación iba a degenerar?”, preguntó un abogado de la familia del profesor. “No lo sé, no lo recuerdo”, dice el acusado.
“Si Samuel Paty hubiera aceptado reunirse conmigo para discutir, todavía estaría vivo”
Porque según él, si hay explicaciones se pueden encontrar en otra parte: “Si el director del colegio me hubiera dicho que mi hija estaba ausente de clase, si el terrorista no hubiera usado mis mensajes, o si Samuel Paty hubiera aceptado reunirse Si pudiera discutirlo, todavía estaría vivo”, concluyó en voz baja, frente a los exasperados civiles.
Procesado por conspiración terrorista, se enfrenta a 30 años de prisión penal. El juicio está previsto que se prolongue hasta el 20 de diciembre.