En opinión de su autor, se trata de un tema “tabú”. Desde 2016, el senador del grupo RDSE, Henri Cabanel, ha presentado en varias ocasiones textos y enmiendas para que las personas con antecedentes penales no sean elegibles. En octubre de 2016, mayo de 2018 y agosto de 2023, su proyecto de ley nunca fue incluido para debate en la sesión.
En marzo pasado, el senador volvió a defender su propuesta, esta vez en una enmienda al proyecto de ley sobre la creación de un estatuto para los cargos electos locales. Una vez más fue rechazado. “Nunca me han escuchado sobre el tema, nunca he logrado convencer a los grupos políticos a los que pertenecía. Sentimos que hay desgana en todas partes”, observa Henri Cabanel.
Una “pena adicional de inelegibilidad” considerada insuficiente
Antes de su primera elección en 2017, la obligación de que los candidatos a las elecciones no tuvieran antecedentes penales estaba entre las promesas de campaña de Emmanuel Macron. Una medida transformada en la ley de confianza en la vida política, promulgada en septiembre de 2017, en una “pena adicional de inelegibilidad”. Este puede ser pronunciado por los jueces, en caso de delitos o faltas a la probidad (falsificación administrativa, delitos electorales o fiscales, delitos de financiación de partidos, etc.), por un período de 10 años.
“La promesa de Emmanuel Macron se transformó en una ley que permitió apretar los tornillos”, juzga Henri Cabanel. Sin embargo, esto no es suficiente, considera el funcionario electo: “La norma introducida en 2017 no se refiere en modo alguno a las personas que tienen antecedentes penales, simplemente permite al juez pronunciar una sentencia de inelegibilidad”.
“Al examinar este proyecto de ley demostraríamos que estamos iniciando un proceso de recuperación de la confianza”
Para el senador, si hay que ir mucho más allá de la ley de 2017, es sobre todo en el deseo de reconciliar a los franceses con sus representantes electos: “No entiendo por qué no somos más comprensivos con las actitudes de sospecha y rechazo. de los ciudadanos hacia nosotros. Al examinar este proyecto de ley demostraríamos que nos estamos embarcando en un proceso de restauración de la confianza”. Sin embargo, para ejercer varios centenares de profesiones es necesario no tener antecedentes penales; en el sector médico y en la función pública, los colaboradores parlamentarios, por ejemplo, están sujetos a esta norma, subraya Henri Cabanel.
Para sus detractores, esta propuesta sería inconstitucional porque iría en contra del principio de individualización de las penas, al crear sentencias automáticas. “Por qué no, pero corresponde al Consejo Constitucional decirlo”, responde el senador, afirmando que esta crítica no impide el examen de su texto. “Durante los debates sobre la ley de inmigración, el riesgo de inconstitucionalidad se compartió entre varios escaños, lo que no impidió que el Parlamento examinara el texto y luego el Consejo Constitucional hiciera su trabajo”, señala.
Si Henri Cabanel aún no ha vuelto a la carga presentando un nuevo texto al Senado, el debate podría desembocar esta vez en la Asamblea Nacional. El 17 de septiembre, varios diputados republicanos presentaron un proyecto de ley destinado a hacer que las personas que “amenacen la seguridad del Estado o tengan antecedentes penales perjudiciales” no sean elegibles. Un mes más tarde, el diputado Olivier Marleix presentó otro texto destinado a “hacer obligatorio un historial limpio para los candidatos en una elección local”.