El descanso Sporting-Manchester City había llegado al 1-1 en el marcador, pero con claro dominio por parte de los visitantes. El tempranero gol de Foden provocó malestar en Alvalade, que volvió a creer con el 1-1 de Gyökeres. Sin embargo, las varias oportunidades que llegaron a las botas de Haaland supusieron un serio aviso para la reanudación.
Pero, nada más comenzar la segunda parte, los leones iniciaron 185 segundos de los más brillantes que jamás haya vivido el club de Alvalade en competiciones europeas. Entre el minuto 45:00 y el 48:05, el Sporting vivió tres minutos y cinco segundos de euforia, como poseído por algún hechizo, inmerso en la misión de dar la mejor despedida posible al mejor entrenador verdiblanco de los últimos 70 años. .
Orden de reanudación dada. Gyökeres pasó a Hjulmand, el capitán pasó a Morita, el jugador japonés retrasó a Diomande, el gran hombre de Costa de Marfil pasó a Matheus Reis. El confiable zurdo adelantó a Pedro Gonçalves, el creativo e inventivo Pote. El nativo de Trás-os-Montes iniciaría un baile con un uruguayo hacia el 2-1.
Pote pasó a Maxi Araújo, en uno de los 15 pases acertados –de 15 intentados, 100% correctos– que realizó. Maxi se la devolvió a Pote, que se alejó bailando de Kovacic. Los portugueses esperaron, aprovecharon el tiempo como amago y, en el momento justo, aislaron a Araújo. Mire a Ederson, tiro fuerte, 2-1.
En menos de 20 segundos en los que el único toque de balón del City fue el intento fallido de Ederson de detener el disparo, los campeones nacionales iniciaron la segunda parte de una forma completamente diferente a las dudas y errores de la primera. Pero el tsunami de los leones no se detendría ahí.
