Presupuesto 2025: una austeridad que no dice su nombre

Presupuesto 2025: una austeridad que no dice su nombre
Presupuesto 2025: una austeridad que no dice su nombre
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“Bajo el Liner nuestros déficits se hunden”, habría escrito quizás Guillaume Apollinaire si hubiera asistido, este jueves, en Bercy, a la gran presentación a la prensa del proyecto de ley de finanzas 2025, antes de los ministros del Consejo. En el salón Michel Debré, situado en el séptimo piso y con vistas al Sena, estaban presentes unos 200 periodistas. Porque la situación es grave, como repitieron, en un tono casi marcial, los dos ministros Laurent Saint-Martin, de Presupuesto y Cuentas Públicas, y Antoine Armand, de Economía y Finanzas. 3.300 millones para el 113% del PIB: “Nuestra deuda pública es colosal. No verlo, no decirlo, no reconocerlo sería a la vez cínico y fatal”, insistió el segundo cuando el primero completó anunciando “opciones valientes, ahora, para evitar decisiones dolorosas mañana”. »

¿No hay “golpes fiscales”?

Palabras fuertes para un PLF que finalmente no sorprende. Éste no es el estilo de la casa Barnier. Casi todo ya había sido destilado más o menos hábilmente en los medios de comunicación a lo largo de las semanas. Sesenta mil millones en esfuerzos presupuestarios, dos tercios de los cuales se lograron mediante una reducción del gasto público: este es el hito repetido por los dos ministros para alcanzar un déficit del 5% del PIB en 2025, frente a más del 6% en 2024. A la vista de su copia, todavía tenemos algunas dudas.

Así que, por supuesto, el tándem Armand-Saint-Martin se divierte insistiendo en la contribución de las rentas más altas o de las grandes empresas. Aunque resulta difícil creer en sus palabras cuando mencionan, en estos dos casos concretos, medidas temporales. Porque, casi en la misma frase, Antoine Armand anuncia que este presupuesto será el primero de una serie que permitirá a Francia alcanzar el umbral del 3% del PIB… en cinco años.

Al escuchar los compases durante cuatro horas, uno tiene la impresión de que va a “golpear” en todas partes. ¿No hay “golpes fiscales”? Aunque muchas medidas quedan fuera del ámbito puramente fiscal, tendrán consecuencias contundentes para los franceses.

Lluvia de enmiendas por venir

Nuevas bases para reducciones de las tasas a los salarios bajos, aumento de las tarifas de los usuarios, ajustes del régimen fiscal de los alquileres amueblados, ayudas a los vehículos eléctricos, IVA sobre las calderas de gas… En definitiva, tocamos el bolsillo. “Estamos lejos de la cura de la austeridad”, quiere tranquilizar Laurent Saint-Martin. Todavía se parece mucho.

Comienza la parte más dura para el gobierno, con la inminente apertura de debates en la Asamblea Nacional y el Senado, hasta fin de año. Y podemos esperar una lluvia de enmiendas de ambos lados del hemiciclo. Durante su rueda de prensa, los dos ministros pidieron repetidamente a los parlamentarios que contribuyeran al PLF. Como si ellos mismos no creyeran en un texto completado con urgencia y tarde, por disolución.

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