Entre las anécdotas que alimentan su leyenda, un rumor de abandono en una estación de servicio desató numerosas discusiones. Jos Verstappen quiso aclarar los hechos.
Max Verstappen, ahora cuatro veces campeón del mundo tras una temporada 2024 un poco más disputada, debe gran parte de su éxito a la exigente educación impuesta por su padre, Jos Verstappen. Jos, ex piloto de Fórmula 1 en los años 1990 y principios de los 2000, nunca alcanzó la altura de su hijo, pero su papel en la formación de Max sigue siendo innegable.
Una historia, frecuentemente citada por los medios de comunicación, ilustra la intensidad de esta relación: aquella en la que Max fue supuestamente “abandonado” en una gasolinera tras un error en el karting. Un rumor que ha suscitado mucho debate, pero que Jos aclaró recientemente.
Un rumor desmentido: no hay abandono, sino una lección
En 2012, durante una competición de karting, Max cometió un error que enfureció a su padre. Estalla una discusión, seguida de este incidente en una gasolinera. Sin embargo, Jos Verstappen insiste: nunca abandonó a su hijo.
“Creo que es hora de dejar las cosas claras. No, no lo dejé allí. Simplemente no hablé con él durante una semana”. explicó en una entrevista con F1-Insider. Según él, esta actitud estricta tenía como objetivo preparar a Max para las incesantes exigencias de la Fórmula 1.
Una educación que vale la pena
A pesar de la aparente dureza de este método, Max Verstappen reconoce hoy el impacto positivo de esta educación en su carrera. Trabajando bajo la supervisión de su padre, aprendió a manejar la presión y aceptar las críticas, cualidades esenciales en un deporte tan competitivo.
“Enfrentarse a Helmut Marko, conocido por su firmeza, nunca le molestó” subraya Jos Verstappen. El expiloto también menciona los intensos entrenamientos que compartieron, como conducir un kart con neumáticos de seco sobre pista mojada. Estas experiencias, aunque difíciles, moldearon el carácter y las habilidades de Max.
Una relación padre-hijo marcada por la gratitud
Hoy en día, Max parece tener una visión positiva de esta exigente educación. “Siento gratitud de su parte” dice José. Padre e hijo comparten ahora el sentimiento de haber transformado estos tiempos difíciles en una base sólida para construir una de las carreras más impresionantes de la historia de la Fórmula 1.
Si bien las exigencias de Jos Verstappen a veces pudieron parecer duras, permitieron a Max desarrollar la resiliencia y las habilidades necesarias para dominar el mundo de la Fórmula 1. La prueba de que los métodos poco convencionales a veces pueden conducir a los mayores éxitos.