Todo lo que hizo falta fue cruzar las piernas para arrasar con Hollywood.
En 1991, Instinto básico arrasó con la taquilla y las hormonas del público reciclando los códigos de la serie negra con una… Salsa sexy. Película provocativa, sulfurosa, incluso francamente febril, durante secuencias de seducción y combate cuerpo a cuerpo que prestan poca atención a lo implícito inherente al cine convencional.
Pero lejos de limitarse a desnudos frontales o relatos de nalgas, esta historia es una auténtica oda a las mujeres fatales, y a la más grande de todas en el panorama cinematográfico de los años 90: la incendiaria Catherine Trammel, hiperescritora sospechosa y brillante manipuladora, protagonista al ambiguo Michael Douglas por la nariz.
Ella es Sharon Stone, en el papel más popular de toda su carrera. Pero la actriz, que poco después redoblará su intensidad ante la cámara de Martin Scorsese (en Casino) no sólo guarda buenos recuerdos del tornado de Instinto Básico. Y sobre todo, de LA escena, la que persiste (un poco demasiado) en la mente de los espectadores más de 30 años después: el interrogatorio, donde Trammel, vestida con un legendario traje blanco, cruza y descruza sus interminables piernas, dejando al descubierto su privacidad. Excepto que… Sharon Stone nunca quiso que “viéramos eso”.
Ella testifica.
“Me quedé realmente impactada”: Sharon Stone denuncia esta puesta en escena “hipersexual” aún 30 años después
Seamos más precisos: Instinto básico, que se retransmite hoy en ARTE, donde también encontramos un documental completo dedicado a la actriz (Sharon Stone, el instinto de supervivencia), presenta una secuencia que iría en contra del consentimiento de la estrella. Este entonces. Para qué ? Porque Sharon Stone no quería que su pene apareciera así en la pantalla.
Y Paul Verhoeven, el cineasta (experimentado en secuencias sulfurosas, ya que también le debemos Showgirls), también le había prometido que su vida privada no sería visible. Excepto… Es mentira. Escuchemos a Sharon Stone sobre este tema, en el documental que le dedica, precisamente: “Verhoeven me pidió que me quitara las bragas que llevaba durante el rodaje de esta escena, unas bragas blancas. Me prometió que al final no veríamos nada de mi pene. Y me sentí traicionada… Lo que me impactó fue su traición.“.
Si Paul Verhoeven le pidió que se quitara las bragas, fue con el pretexto de que el blanco de su ropa interior creaba un reflejo restrictivo en la lente. Cuando Stone ve esto, la escena tal como es realmente es en una sala de proyección protegida.productores, hombres, que ella no conocía“, relatan nuestros compañeros de Première. Sin embargo, la actriz estadounidense lo admite: “Si yo hubiera estado en el lugar del director, seguramente habría conservado esta escena… Pero Paul debería haberme advertido. fue una falta de respeto“.
El problema es que esta escena permanecerá.
Ser ampliamente citado. Obtener atención crítica y pública. Ser parodiada múltiples veces, incluso en Francia, a través de una secuencia de La ciudad del miedo en la que nuestra nacional Chantal Lauby “Sharon-Stonises”. Y generar una serie de reacciones, señalamientos, comentarios inapropiados y sexistas contra la actriz. Por un plan que ella se negó a existir. Plano furtivo, pero cuya brevedad, de hecho, aparentemente incita al público a detenerse en él. Éste es el efecto que quería Paul Verhoeven. Incluso si eso significa evitar todo lo demás, un fenómeno curioso para una gran película.
Y que todo esto conducirá a… avergonzar a las putas.
Slut shaming es este fenómeno sexista que consiste en juzgar a una mujer en función de su –supuesta- sexualidad. Según su actitud, sus declaraciones, su outfit… Zahia habla muy bien de ello en este artículo. Misoginia apenas disimulada. Y que resonará durante tres décadas tras el lanzamiento de Basic Instinct.
Sharon Stone se lo detalló a Bruce Bozzi en el programa iHeartPodcast: durante el divorcio de la actriz en 2004, mientras luchaba contra su exmarido Phil Bronstein para obtener la custodia de su hijo, Roan, Stone sufre de hecho los comentarios muy inapropiados del juez que decide este veredicto. … Quién mencionará directamente la escena en cuestión.
Y esto, preguntándole a su hijo: “¿Sabes que tu madre hace películas de sexo?“. Sí sí, no es una broma. Todavía molesta por esta caza de brujas, Sharon Stone denuncia una “abuso del sistema“. Y en este podcast critica la misoginia de toda una sociedad: “decidimos qué tipo de madre era porque hice Instinto Básico“.