David Savard está pasando por un período particularmente difícil con los Montreal Canadiens. Relegado a un papel marginal en el equipo, ve que su importancia disminuye día a día.
Savard, que ya estaba confinado en la tercera pareja defensiva al inicio de la temporada, se enfrenta ahora a la brutal realidad de ya no ser esencial para un equipo que ha encontrado soluciones en otros lados.
La situación de Savard empezó a deteriorarse con la llegada de defensores jóvenes como Lane Hutson y Kaiden Guhle, que rápidamente demostraron su capacidad para disputar minutos importantes.
Sin embargo, el golpe final llegó con la adquisición de Alexandre Carrier. Este último solidificó el top 4 defensivo y ofreció una estabilidad que tanto faltaba.
¿Será por eso que cada vez tenía menos buena actitud?
Antes de lesionarse, su comportamiento sobre el hielo empezó a ser criticado, no sólo por su juego, sino también por su actitud hacia los árbitros.
El ex vicepresidente de Quebecor Media, Sylvain Chamberland, se mostró mordaz con David Savard.
El “gran jefe” de los medios compartió su exasperación por el comportamiento del defensa de los Montreal Canadiens hacia los árbitros.
El videoclip es mordaz.
Savard, que ya estaba perdiendo terreno en la organización defensiva de los Habs, es criticado por su tendencia a protestar regularmente ante los funcionarios, un hábito que molesta a algunos observadores.
Desde el inicio de la temporada, se ha visto a Savard en varias ocasiones impugnando las decisiones arbitrales, a menudo con intensidad.
Aunque los jugadores a veces tienen motivos válidos para quejarse, la actitud repetitiva de Savard está empezando a irritar.
Muchos analistas y aficionados creen que pasa demasiado tiempo discutiendo con los árbitros, en lugar de centrarse en su juego.
“Eso no es lo que esperas de un veterano, especialmente en un equipo joven como los Canadiens”, dijo Chamberland.
Hay que reconocer que cuando estás en la tercera pareja y tus minutos disminuyen, no es quejándote con los árbitros como vas a recuperar la confianza de tus entrenadores.
Estas incesantes protestas son probablemente un reflejo del estrés y la frustración acumulados por Savard. Al ver que su papel disminuye y su lugar en el equipo se vuelve incierto, parece incapaz de ocultar su descontento.
Sus interacciones con los árbitros se han convertido en una forma de expresar esa frustración, pero ahora generan críticas.
Entendemos que está pasando por un momento difícil, pero se convierte en una distracción. A veces pasa más tiempo discutiendo con los árbitros que concentrándose en el partido.
Esta no es la imagen que queremos proyectar como equipo.
El problema es que estas constantes protestas tienen repercusiones. No sólo dañan la concentración de Savard, sino que también corren el riesgo de manchar la reputación del equipo ante los árbitros.
En un deporte donde las decisiones arbitrales pueden oscilar en un sentido u otro, la imagen colectiva de un equipo disciplinado es esencial.
Martin St-Louis, conocido por su calma detrás del banquillo, también sugirió que esta actitud no se corresponde con lo que espera de sus jugadores.
“Queremos que nuestros muchachos se concentren en lo que pueden controlar, y ese es su juego. Los árbitros son parte del juego, pero es nuestra reacción la que marca la diferencia”, afirmó recientemente, aunque sin nombrar directamente a Savard.
El comportamiento de Savard también podría contribuir a reforzar la percepción de que está abrumado por la situación.
Sus repetidas críticas a los árbitros dan la impresión de que está buscando excusas en lugar de soluciones, lo que podría jugar en su contra si los equipos consideran adquirirlo antes de la fecha límite para cambios.
“Si eres un equipo interesado en un jugador como Savard, quieres un veterano tranquilo que inspire confianza en los momentos críticos.
Estos comportamientos no juegan a su favor, especialmente en un mercado competitivo donde cada detalle cuenta.
Para David Savard, la clave podría estar en un cambio de actitud. Si puede canalizar su frustración y concentrarse en su juego, podría encontrar su calma interior.
Difícil en su situación.
Martin St-Louis, al tiempo que elogiaba las cualidades de Carrier, también destacaba lo que Savard ya no podía ofrecer.
“Carrier aporta mucha estabilidad a nuestra joven brigada defensiva. Es muy inteligente, predecible y gestiona bien los riesgos”dijo el entrenador en jefe.
Palabras que, aunque elogiosas para Carrier, resuenan como una crítica implícita a Savard, cuyo impacto ahora parece limitado.
Con los ajustes recientes, cada defensor canadiense parece haber encontrado un papel específico. Guhle ha regresado a la izquierda, Hutson y Matheson juegan en contextos más adecuados y Carrier ha asumido duras misiones defensivas.
Mientras tanto, Savard, que alguna vez fue un jugador clave para contrarrestar a los mejores atacantes contrarios, se encuentra limitado a minutos limitados y sin una misión realmente clara.
“Es frustrante”confió una fuente cercana al jugador.
“David es un profesional, pero es difícil ver al equipo triunfar sin que tú seas una gran parte de ese éxito. »
Como si esta situación en el hielo no fuera suficiente, Savard también está rodeado de rumores comerciales. Según los informes, equipos como Edmonton, Winnipeg, Los Ángeles, Dallas y Colorado han mostrado interés, pero el estrés de una posible mudanza está pasando factura al jugador y su familia.
Ottawa intentó acercarse a la CH, pero fue rechazado.
Una partida a Edmonton, por ejemplo, representaría un desafío importante. Savard, profundamente apegado a Quebec, tendría que alejarse de sus seres queridos y de su entorno familiar.
Este escenario es particularmente difícil de imaginar para su esposa y sus hijos, quienes aprecian la estabilidad y la vida francófona que ofrece Montreal.
La posibilidad de un intercambio en Los Ángeles, un lugar soleado donde podría encontrar a su amigo Phil Danault, podría ser una opción menos inquietante, pero no borra el sentimiento de rechazo que vive Savard en estos momentos.
Savard, aunque afectado, está lo suficientemente lúcido como para comprender lo que está pasando. A sus 33 años, sabe que sus mejores años han quedado atrás y que el equipo está construyendo su futuro en torno a jóvenes promesas.
Pero aceptar esta realidad no hace que la situación sea menos dolorosa.
Lo que cuesta es ver que ya no contamos contigo como antes.
Él comprende las decisiones, pero sigue siendo difícil vivir con ellas.
David Savard parece destinado a dejar Montreal, ya sea antes de la fecha límite de cambios o al final de la temporada.
Su reducido protagonismo y la llegada de jugadores como Carrier hacen que su futuro con el canadiense sea cada vez más incierto.
Para un jugador que lo dio todo por el equipo, esta transición es un claro recordatorio de la realidad del hockey profesional.
Pero para Savard, son los impactos humanos los más pesados.
Mientras continúa poniéndose la camiseta de los Canadiens, sabe que su tiempo en Montreal está contado. Y aunque el final de este capítulo le resulte difícil de aceptar, espera que su experiencia y su profesionalidad todavía puedan encontrar un lugar en otro lugar, en un equipo que necesitará sus cualidades.
Mientras tanto, Savard atraviesa un período oscuro, marcado por la incertidumbre y un papel descolorido. Pero si hay algo que sabemos sobre David Savard es que es un luchador.
Vaya donde vaya, seguirá luchando, por su equipo y por su familia.