La sonrisa que hoy logra dibujar en su rostro es el resultado de una batalla sin fin. Cuando era niña, Karine Jambu experimentó las peores atrocidades. Nacida de una madre que nunca la amó, esta joven Rennaise fue apartada por sus dos padres, antes de dejarla en manos de uno de sus amigos, ya condenado por delitos infantiles. De 2002 a 2005, Roland Blaudy abusó de esta niña de 5 años, con el pelo a menudo despeinado y importantes retrasos en el desarrollo relacionados con los abusos que sufrió. Agresiones sexuales y violaciones repetidas ante las narices de sus padres en Chantepie, a cambio de algunas botellas de alcohol o paquetes de cigarrillos.
Durante todos estos años, Karine sufrió horrores que la marcarán de por vida, en medio de una indiferencia casi generalizada. El médico de familia, que todavía ejerce, incluso defendió a los padres. Sólo una persona intentó sacarla de las garras de un reincidente y de un hogar depravado en el que nunca debería haber vivido. Desde el momento de su nacimiento, su tía Laurence Brunet-Jambu alertó a la justicia, a la asistencia social a la infancia, a la escuela y a los médicos. Durante mucho tiempo, ningún magistrado la escuchó, algunos incluso, divertidos, la apodaron “la loca” o “la molesta” mientras acosaba sus servicios. Sin embargo, ella tenía razón. Siempre.
Frente al público que acudió al preestreno de la película para televisión. InformesEn la película, que se retransmitirá este miércoles en Francia 2, se trata de una joven alta y sólida que se puso de pie. “Estoy bastante alejado de todo eso. Esta es mi historia y siempre estará ahí, en mí. Esta es mi vida, nunca se irá pero el dolor ya no es el mismo. No lo puedo olvidar, se quedará conmigo”, nos explicó Karine Jambu justo antes de la sesión.
“De lo contrario, no se habría podido ver”.
Al final de la emisión de la película dirigida por Eric Métayer, ella y su tía fueron aplaudidas durante mucho tiempo, como en cada proyección. “Es un poco extraño ver tu vida en la pantalla”, explica Karine, con voz tranquila y calmada. Sólo sus manos se mueven y entrelazan al hablar de su pasado. Siempre con modestia. “La película describe bien la realidad. Incluso si fue muy ligero en comparación con lo que experimenté. Es muy ligero comparado con todo el sufrimiento que experimenté. » Eric Métayer, que ya había dirigido cosquillas en 2018, reconoce que la historia de Karine en realidad tuvo que ser diluida. “De lo contrario, no se habría podido ver”, asegura el director de Informes.
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Inspirada en el libro del mismo nombre publicado en 2019, la película narra la larga lucha de Laurence Brunet-Jambu para recuperar la custodia de su sobrina y protegerla de los horrores que sufrió. “Tenía miedo de que no encajara con mi historia, con mi vida, porque es ficción. Pero tiene mucho éxito. Es fiel, está hecha con mucha modestia, sin caer en el voyeurismo”, juzga Laurence Brunet-Jambu. La Rennaise ve ahora su lucha recompensada por esta conmovedora película, que revela las múltiples faltas atribuibles al sistema de justicia y a las personas que supuestamente deben proteger a su sobrina. “Cuando nos aplaudieron en Vierzon (durante el festival de cine de mañana), tuve la impresión de volverme finalmente creíble”, asegura no sin emoción la tía.
La disculpa del fiscal general en el juicio
Antes de este proyecto cinematográfico, ya había derribado montañas. Primero obteniendo la custodia de Karine. Luego, arrastrando a su violador ante un tribunal penal donde fue condenado a treinta años de prisión. Una audiencia marcada por las disculpas públicas del fiscal general, que consideró que la justicia “había carecido de previsión”. Pero fue sólo el comienzo.
Tras la condena de Roland Blaudy, Laurence Brunet-Jambu quiso continuar su lucha jurídica. Condenó al Estado francés por denegación de justicia, creyendo que las autoridades públicas no habían protegido al niño. Luego por negligencia grave, ante un tribunal de apelación. Si luché fue para que Karine pudiera levantarse. Quería que los magistrados, los médicos y toda la gente que no me escuchaba pudieran verlo. Su reconstrucción pasó por eso”, afirma Laurence Brunet-Jambu.
Cabe señalar que, nada más nacer Karine, las parteras de la maternidad alertaron a los servicios sociales sobre el comportamiento de su madre. Una mujer que había sido condenada unos años antes por haber matado a su bebé, fruto de una violación, con un centenar de puñaladas.
“Nunca debes rendirte”
Y si quería ocultar su rostro por mucho tiempo, Karine, ahora de 27 años, decidió asumir la responsabilidad y posar junto a quien la adoptó. “A menudo quería parar, rendirme. Pero Laurence siempre quiso continuar. En mi opinión. Gracias a ella y a su familia estoy aquí hoy. Lo que recuerdo es que nunca hay que darse por vencido”, afirma la joven.
Al frente de la asociación Alexis Danan, Laurence Brunet-Jambu se ha convertido en una de las voces más importantes en Francia sobre la cuestión de los malos tratos. “Cuando tuve a Karine en mis brazos cuando nació, lo supe de inmediato. Pero tuvieron que pasar veintiún años para que sus padres fueran condenados (sólo por manipulación de testigos). Sufrió durante veintiún años. No es normal, no es justo. » La Rennaise, feroz activista, espera que su lucha sirva para proteger a otros niños. “A veces el coraje puede fallarnos. A las víctimas quiero decirles que debemos luchar, hacernos escuchar para sentirnos respetados. »
Las cifras asustan pero “no están disminuyendo”
En Francia, 160.000 niños son víctimas de agresiones sexuales cada año, según el informe de la Comisión Independiente sobre el Incesto y la Violencia Sexual contra los Niños (Ciivise). Se estima que cada cinco días muere un niño en su entorno familiar como consecuencia de esta violencia. Según este mismo informe, el coste de la violencia sexual contra menores ronda los 10 mil millones de euros al año financiados por el Estado francés. “Nada ha cambiado, la lucha sigue siendo la misma porque los números no disminuyen”, lamenta Laurence Brunet-Jambu. Su inmensa lucha por la que era muy pequeña tiene el mérito de abrir el debate. Un primer paso.