Jennifer Nansubuga Makumbi revive a la mujer

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Jennifer Nansubuga Makumbi, en 2019, en París. PHILIPPE MATSAS / ©PHILIPPE MATSAS/LEEXTRA VIA OPALE.FOTO

“La primera mujer”, de Jennifer Nansubuga Makumbi, traducción del inglés (Uganda) por Céline Schwaller, Métailié, 544 p., 23 €, digital 10 €.

Cuidado con los niños que inventan historias. Una noche, sus relatos bien podrían desgarrar el tejido de cosas no dichas que adornan la historia familiar. Lo mismo ocurre con Kirabo, de 12 años. En la casa de los abuelos ella es la más joven. La flaca, despreciada por los adolescentes porque todavía moja la cama. Durante una vigilia, Kirabo relata la tragedia de una mujer que esconde a su hija recién nacida en un hormiguero para preservar a su marido, que sólo quiere un hijo varón. Silencio incómodo en la asamblea.

¿Qué ha molestado a Kirabo con su fábula? Además, ¿cómo puede saber de qué está hablando si no sabe de dónde viene? Siguiendo el paso a la edad adulta de esta heroína, herida por la ausencia de su padre y el abandono de su madre, la novela responde a estas preguntas de mil maneras. Cinco años después de la revelación de Kintu (Métailié, 2019), un fresco histórico que abarca dos siglos y medio de la historia de Uganda, Jennifer Nansubuga Makumbi fascina con esta novela sobre la mayoría de edad.

Reconocemos aquí su habilidad para mezclar la cosmogonía y la historia política de la antigua posesión británica (1894-1962) con el tema de la transmisión –de los traumas, pero también de los regalos–, todo dentro de una misma familia, con, de fondo, una Perspectiva feminista y la dictadura de Idi Amin Dada (1971-1979). Cuando Kintú referencia al primer hombre que habitó la Tierra en la mitología ugandesa, la segunda novela del escritor, nacido en Kampala en 1967, explora la otra mitad, la de “la primera mujer”Nnambi.

Chica James Bond

Corriendo con la pequeña Kirabo por los campos de yuca y berenjenas de su abuelo, la trama pasa de una leyenda a otra. En casa de su vecina, la bruja Nsuuta, el niño viene a buscar respuestas a preguntas que son inaudibles en su casa. ¿Dónde está su madre? ¿Por qué le enseñamos a temer a su género? Sobre todo, ¿por qué tiene la impresión de albergar en su interior a otra chica que está esperando a volar? ¿Ella también es una bruja?

Tomando a Nnambi como ejemplo, sirenas y otras fascinantes criaturas acuáticas, o incluso una chica James Bond, Nsuuta explica la“estado original” mujeres : “No estábamos comprimidos por dentro, éramos enormes, fuertes, audaces, ruidosos, orgullosos, valientes, independientes. Pero fue demasiado para la gente y se deshicieron de él. Sin embargo, sucede que este estado reaparece en una chica como tú. Pero en todos los casos está reprimida. En el tuyo, la primera mujer sale volando de tu cuerpo porque no encaja en la sociedad actual. » Así le habla Nsuuta a Kirabo, con sabiduría y fantasía, y sin duda también se dirige a la adolescente que era.

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