En “Grand Tour”, Miguel Gomes detiene el tiempo del cine y la historia de amor

En “Grand Tour”, Miguel Gomes detiene el tiempo del cine y la historia de amor
En “Grand Tour”, Miguel Gomes detiene el tiempo del cine y la historia de amor
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SELECCIÓN OFICIAL – EN COMPETENCIA

Después de haber tragado nueve días de festival y películas de todo tipo, el espectador de Cannes tuvo una diversión, el miércoles 22 de mayo: subirse al nuevo vehículo de Miguel Gomes, Grand Tour, título de su sexto largometraje en carrera por la Palma de Oro. Como si estuviera encaramado en la noria (primera imagen de la película), el espectador sabe inmediatamente que va a despegar –desde la historia tradicional, desde los marcadores temporales– en esta historia de amor en el “Escápate de mí y te seguiré”.

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La acción se desarrolla en 1918, con dos personajes principales, ingleses, que sin embargo hablan en portugués. Un hombre, Edward (Gonçalo Waddington), funcionario del Imperio Británico y prometido con Molly (Crista Alfaiate), se escapa para evitar o retrasar el momento de la boda. Desde Rangún, en Birmania, viaja por el Sudeste Asiático, Singapur, Tailandia, Vietnam, Filipinas, en un entorno mágico (Asia fantaseada en el estudio) mezclado con imágenes documentales, rodadas en 2020.

La veta vaporosa del blanco y negro funde el pasado en el presente, principios del siglo XX.mi siglo en el 21mi. En Saigón, una rotonda es invadida por scooters, con sus conductores enmascarados debido al Covid, con un telón de fondo de valses austriacos. Luego nos encontramos ante este estanque lleno de flores de loto, en un tono gris pálido. Mientras tanto, Molly siempre llega tarde en un tren (o en un barco) y nunca alcanza a su hombre.

Dimensión experimental

Real, ficción, cine mudo, cantado o dialogado, la mecánica de la obra va más allá de los géneros. Como siempre con Gomes, a quien le gusta inventar dispositivos, retroceder en el tiempo hasta el cine, trabajar la fábula y cuestionar la dominación occidental: película homenaje a Murnau en Tabú (2012), reciclaje del cuento en el tríptico Las mil y una noches (2015), una crónica de Portugal en crisis, presentada en Cannes en la Quinzaine des cineastas. Sus primeras películas fueron producidas por Luis Urbano (O Som ea Furia). Grand Tour inaugura un ciclo más con una nueva productora, Filipa Reis, también cineasta – dirigió junto a Joao Miller Guerra legua (2023).

La primera imagen, una de las únicas en color, anuncia la dimensión experimental del proyecto. He aquí una noria, de noche, captada en un espectáculo de fuegos artificiales: mientras unos se divierten, otros, contorsionados en el suelo debajo de la máquina, hacen girar la estructura y le dan impulso, con manos y pies. También podemos ver esta noria como un inmenso rollo de película (aquí de 35 y 16 milímetros), y además, ¿no empezó el cine en las ferias, como una curiosidad?

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