Este año, la velada de Halloween se celebró en el castillo de Peyrilles.
De hecho, Sylvie Massou, que organiza este evento cada año desde hace mucho tiempo, decidió cambiar de escenario y utilizar este magnífico edificio como escenario.
Al caer la noche, los escolares acompañados de sus padres se reunieron en la plaza del pueblo ¡sin saber muy bien con qué salsa los iban a comer!
Fue en el camino al castillo, mientras recogían las golosinas, que sudaron y tuvieron escalofríos.
Sin embargo, no habían llegado al final de sus problemas, ya que aún no habían entrado en el imponente edificio que los esperaba lleno de sombrías sorpresas y descubrimientos.
Hicieron descubrimientos, volvieron a visitar el castillo bajo diferentes luces, a la luz de antorchas y velas. Lo habrás comprendido, todos sus sentidos se agudizaron ya que todo estaba orquestado para sorprenderlos. ¡Los dulces, el chocolate y, sobre todo, el cóctel vampírico preparado especialmente para ellos, han acabado de seducirles!
Unas palabras para Réjane, la lectora de la historia, que supo cautivar a su joven público con su tono aterrador.
Los organizadores agradecieron al municipio por haber aceptado que este evento se celebrara en el recinto del castillo, pero también a Corinne, a Léa, a los padres de los estudiantes voluntarios por su implicación y a los vecinos del pueblo que ofrecieron dulces. Sin la presencia de todos no se hubiera podido hacer nada.
Los participantes salieron encantados, dispuestos a volver a hacerlo…