Anderlecht perdió el domingo ante Genk, donde la flagrante falta de creatividad hirió especialmente a los ojos. En el pasado, los bruselenses a menudo podían contar con Yari Verschaeren para encontrar una chispa de genio, pero hace tiempo que no está en la cima de su juego.
Seguramente las condiciones en el Cegeka Arena no eran las óptimas para Verschaeren. A pesar de la lesión de su principal competidor Mario Stroeykens y de algunas actuaciones alentadoras, David Hubert decidió alinearlo de nuevo en el flanco derecho, donde debía compensar la ausencia de Anders Dreyer. El centrocampista ofensivo, sin embargo, participó muy poco en el partido.
Verschaeren contra Degreef
Después de una hora de juego, Verschaeren tuvo que ceder el paso a Tristan Degreef, que estuvo impresionante en un papel central. Un contraste sorprendente. Los analistas reconocieron que Degreef, al igual que Stroeykens, ya había superado a Verschaeren en la jerarquía del mediocampo.
“Para mí está claro que Stroeykens es el número uno en esta posición. Ahora que ya no está, tenemos que ver quién ha contribuido más esta temporada y es, con diferencia, Degreef”, dijo Frank Boeckx.
“Yari ha tenido muchos problemas de lesiones, pero creo que no es lo suficientemente estricto consigo mismo en este momento. Debe traer más y luchar por este lugar. Debe demostrar dentro y fuera del campo que quiere, porque es capaz de ello”.
Dilema para Fox
“Debe atreverse a jugar al fútbol con más agallas y hacia adelante, porque no es jugando hacia atrás como volverá a ser el número uno. Sólo es el número tres y es triste verlo, porque sabe jugar al fútbol”, concluye Boeckx.
Franky Van der Elst, por su parte, no ve futuro para Verschaeren en el Lotto Park, como sugirió recientemente el periódico.
“De todos modos, ha estado aquí durante seis años”. “¿Que no hay grandes equipos en el extranjero esperándolo? No, pero simplemente dejar Anderlecht podría hacerle algún bien”, explica, añadiendo que es hora de buscar otro lugar.
Al entrar en su último año de contrato el próximo verano, Renard tendrá que tomar una decisión difícil: ¿extender su contrato o venderlo por menos de su valor de mercado?