Los murmullos sobre el futuro de Martin St-Louis con los Montreal Canadiens se intensifican, alimentados por los recientes análisis de Jean-Charles Lajoie y Tony Marinaro, dos voces influyentes en el ámbito deportivo de Montreal.
Después de anunciar hace unas semanas la posibilidad de la dimisión de St-Louis, Lajoie abre ahora la puerta a un posible despido.
Una declaración que una vez más sacude el ya frágil entorno de los Habs.
Con una racha de cinco derrotas consecutivas, un sistema defensivo que deja perplejo y un vestuario que parece cuestionarse, Jean-Charles Lajoie volvió a ser mordaz contra el técnico del CH en TVA Sports.
Según él, la situación es clara: si el St-Louis no ha perdido su vestuario, es evidente que su sistema está en duda.
“Los jugadores lo apoyan, pero están en contra del plan, en contra del sistema. “Este sistema no funciona y a los jugadores no les gusta intentar ejecutarlo porque los expone a errores”.declaró Lajoie con su habitual tono cortante.
Esta crítica muestra una realidad abrumadora: el sistema defensivo del St-Louis, basado en principios modernos de gestión de discos y transición rápida, no parece adaptarse a un equipo tan joven e inexperto como el CH.
“Este sistema es bueno para los veteranos experimentados, no para los jóvenes que todavía cometen errores de novatos”añadió.
Por su parte, Tony Marinaro se centró en otro problema: la actitud y el lenguaje corporal del técnico.
Anoche, las cámaras volvieron a captar a un St-Louis visiblemente desanimado tras un penalti concedido a Jayden Struble, un momento que no pasó desapercibido.
“Martin, creo que necesita mejorar su lenguaje corporal. Muchas veces parece desanimado, un poco decepcionado. Lo vemos contra el ventanal, inclinándose o haciendo muecas”dijo Marinaro.
En una liga donde los entrenadores deben inspirar a sus jugadores, este tipo de comportamiento puede verse como un signo de debilidad o falta de control.
Esto genera aún más preguntas en torno al entrenador: ¿St-Louis sigue siendo el hombre adecuado para guiar a este equipo en una fase crítica de su reconstrucción?
TVA Sports abre la puerta al despido. Aquí está la pregunta del día en la emisora exclusiva francófona de la NHL y los Montreal Canadiens:
“¿Seguirá siendo larga la temporada de St. Louis o terminará abruptamente?”
El hecho de que TVA Sports esté haciendo la pregunta abiertamente es significativo.
Incluso The Gazette, que rara vez se inclina a echar más leña al fuego cuando se trata del canadiense, empieza a preguntarse si Martin St-Louis sigue siendo el hombre adecuado para el puesto.
En un artículo redactado con dureza, el periodista Brendan Kelly fue virulento sobre las deficiencias del entrenamiento del St-Louis, destacando un problema de meritocracia dentro del equipo:
“Bajo el sistema de Martin St-Louis, nadie paga el precio de nada. No es una meritocracia. Juegas mal, obtienes el mismo tiempo en el hielo. Juegas bien, obtienes el mismo tiempo. Eres malo en la primera ola. del juego de poder, todavía lo lideras, porque el entrenador nunca aceptará consejos de nadie”.
El artículo va más allá y afirma que Martin St-Louis parece haber abandonado su filosofía original de creatividad para volver a un estilo ultraseguro, que recuerda a la época de Michel Therrien y Claude Julien.
Pero este estilo tampoco funciona y el entrenador, a través de sus decisiones, se vuelve cada vez más difícil de defender:
“Creo que su mensaje ya no se transmite. Pero bueno, ya veremos. Esta mañana, están últimos en la clasificación de la NHL y ese no era el plan de HuGo (Hughes-Gorton). Esperemos y veamos dónde estarán. por Navidad.”
La crítica de Darren Dreger refuerza este sentido de urgencia. Según él, el St-Louis sólo se dirige a Arber Xhekaj y a los jóvenes, sin conseguir enviar un mensaje claro a sus jugadores y, especialmente, a sus veteranos.
“El entrenador no es EL problema. Pero es parte del problema”.
St-Louis, que alguna vez fue visto como un líder inspirador y un excelente comunicador, ahora es visto como un entrenador que reparte medallas de participación y manzanas gratis en lugar de presionar a sus jugadores para que se superen a sí mismos:
“Debo haberme perdido esa conferencia de prensa en la que Marty estaba golpeando cabezas. Sólo escucho aquellas en las que reparte insignias de participación y manzanas gratis para todos los niños”. escribe Kelly.
Estas críticas mordaces no provienen sólo de los medios de comunicación quebequenses o de sus partidarios locales, sino también de observadores externos.
La paciencia se está desmoronando en todos los frentes, e incluso los aliados más leales de St. Louis ahora están luchando por defenderlo.
Mientras el canadiense se encuentra al final de la clasificación, el mensaje es claro: los resultados tendrán que llegar rápidamente, o el destino de St. Louis inevitablemente quedará sellado.
Los aficionados, periodistas e incluso jugadores parecen estar perdiendo confianza en su liderazgo. Si los rumores de despido aumentan en Navidad, Kent Hughes tendrá que tomar una decisión difícil: apoyar a su entrenador hasta el final o iniciar un cambio drástico para salvar la temporada.
Mientras tanto, el futuro de Martin St-Louis sigue pendiendo de un hilo, y cada derrota acerca a la organización un paso más a una decisión que podría marcar el final de un capítulo lleno de promesas incumplidas.
Si Kent Hughes ha reafirmado su apoyo a St. Louis, Gorton parece cada vez más distante.
El enfoque “positivo a toda costa” de St-Louis, que suena más como el discurso de un entrenador de pipí que el de un entrenador de la NHL, está empezando a cansarse.
Después de todo, ¿cuántas veces puedes escuchar que “las intenciones estaban ahí” o que “defender es una cuestión de actitud” antes de que esas palabras suenen “falsas”?
El debate abierto por TVA Sports y The Gazette refleja un sentimiento más amplio entre los aficionados y los medios. En las redes sociales, los aficionados se vuelven cada vez más virulentos, criticando no sólo al entrenador, sino también la inacción de la dirección, mientras Kent Hughes y Jeff Gorton se esconden.
El CH, un club que prometía un futuro brillante gracias a su juventud, está retrocediendo a una zona gris de frustración.
Si los comentarios sobre un despido, lo cierto es que la presión sobre St-Louis es real.
A menos que se produzca un cambio espectacular, su futuro en Montreal podría convertirse en un tema inevitable en las próximas semanas.
Martin St-Louis ya no tiene margen de error. Se analizará detenidamente su lenguaje corporal, sus decisiones tácticas y su discurso en rueda de prensa.
Pero la verdadera pregunta sigue siendo: ¿todavía es capaz de unir a este grupo y demostrar que es el hombre adecuado para el trabajo?
Porque en un mercado tan exigente como el de Montreal, la arrogancia o el desánimo no perdonan. Y si St-Louis persiste en este enfoque, las críticas de Lajoie y Marinaro bien podrían convertirse en realidad.
El meollo del problema radica en la incapacidad de Martin St-Louis para maximizar el potencial de los jugadores jóvenes que constituyen el núcleo de esta reconstrucción.
Las decisiones estratégicas de St. Louis, particularmente en el juego de poder, se han convertido en objeto de burla entre fanáticos y analistas.
¿Por qué persistir en confiar las claves del juego de poder a un Mike Matheson poco inspirado, mientras se limita a Lane Hutson a unos pocos segundos en el hielo?
Kirby Dach, colocado en la unidad principal a pesar de sus decepcionantes actuaciones, no hace más que agravar la frustración colectiva.
Estas elecciones reflejan un miedo al fracaso que contagia a todo el equipo. Al intentar limitar los errores, el St-Louis rompe el instinto ofensivo de sus jugadores.
Esto resulta en un juego predecible y estéril, como lo demuestra la reciente derrota por 3-0 contra Minnesota Wild, donde el CH generó sólo dos tiros en el primer período y nueve después de dos períodos.
Si las actuaciones sobre el hielo dejan mucho que desear, los comentarios de St-Louis en la rueda de prensa suscitan aún más polémica.
Después de la derrota ante los Wild, St. Louis describió el juego como un enfrentamiento “reñido” entre dos equipos “bien estructurados”, y agregó que estaba “muy animado por el compromiso de los jugadores”.
Estas declaraciones fueron recibidas con asombro por la afición, que no vio nada tranquilizador en una actuación en la que el equipo parecía totalmente desbordado.
La paciencia tiene sus límites y los fanáticos comienzan a preguntarse si St. Louis es capaz de brindar un diagnóstico honesto de la situación.
Según Jean-Charles Lajoie, los jugadores siguen detrás del St-Louis, pero están cada vez más desilusionados con su sistema de juego.
El canadiense, con su juventud e inexperiencia, no tiene las herramientas para ejecutar una estructura tan exigente. Este desajuste entre las expectativas del entrenador y las habilidades de los jugadores podría explicar las actuaciones inconsistentes y el lenguaje corporal derrotista de St. Louis detrás del banco.
Aunque Kent Hughes reiteró su apoyo al St. Louis, los rumores de un posible despido comienzan a circular con insistencia.
Hughes podría verse tentado a tomar medidas para calmar el descontento entre los aficionados, especialmente si las derrotas continúan acumulándose.
Sin embargo, reemplazar a St. Louis en medio de una reconstrucción sería admitir un fracaso que podría empañar la credibilidad del gerente general.
Para St. Louis, el tiempo se acaba. Debe encontrar rápidamente soluciones para rectificar la situación, y eso comienza con un cambio de actitud y de estrategia.
Apostar por jugadores como Hutson, que encarnan el futuro del equipo, en lugar de aferrarse a veteranos ineficaces como Matheson, podría ser un primer paso en la dirección correcta.
Si la situación no mejora, Kent Hughes tendrá que responder a una pregunta crucial: ¿Martin St-Louis sigue siendo el hombre adecuado para liderar esta reconstrucción?
Los aficionados, ya frustrados por las actuaciones en el hielo, no tolerarán por mucho tiempo discursos que parezcan alejados de la realidad.
Por el momento, St-Louis todavía se beneficia de un respiro, pero éste podría evaporarse rápidamente si los resultados no llegan.
Se acerca el momento de la verdad y será fascinante ver si el entrenador, conocido por su carisma e inteligencia en el hockey, puede revertir la tendencia y recuperar la confianza de jugadores, aficionados y periodistas.
La pregunta del millón: ¿será el entrenador de los Montreal Canadiens en Navidad?
Continuará…