Brendan Gallagher es el tipo de persona que uno podría pensar que haría cualquier cosa para defender a su equipo… y a su entrenador.
Cuando Martin St-Louis decide realizar un entrenamiento duro después de una derrota humillante, Gallagher se levanta, fiel al puesto. “Se necesita una honestidad brutal. No hemos aprendido la lección”. él dice.
Bueno, ahí está, buen soldado Gallagher, dispuesto a sacrificarse por San Luis. El que, casualmente, le debe una buena a su entrenador.
¿Por qué esta lealtad a St-Louis?
En verdad, Gallagher sabe que le debe parte de su resurgimiento a este entrenador.
Después de algunas temporadas difíciles, en las que pensábamos que estaba casi acabado, Gallagher ha recuperado algunos de sus aires juveniles, junto a Jake Evans y gracias a la confianza del St-Louis.
Está lejos de los números de antaño, pero con algunos goles y asistencias ya en el bolsillo esta temporada, Gallagher demuestra que aún no se encuentra en retiro anticipado.
Entonces sí, esta lealtad proviene de un entrenador que le dejó encontrarse a sí mismo sin presionarlo demasiado.
“Marty siempre ha sido muy comprensivo… Defiende a los jugadores”. admite.
No es el tipo de entrenador que te echa al primer paso en falso, pero ahora las cosas han cambiado. “Ya no somos el equipo que éramos hace dos años. Hay muchas más expectativas y presión para desempeñarse. »
Como buen veterano, Gallagher ve que esta presión aumenta, siente que la marea está cambiando y está listo para alinearse detrás de su entrenador para enviar un mensaje claro a los jóvenes: no más cocinar.
Y si se necesitan suicidios en el hielo para sacudir a la pandilla, que así sea.
Gallagher es quien predica con el ejemplo.
cuando el dice “superemos esto juntos”no es para palabras bonitas.
Eso significa que está listo para arrastrarse por el barro y espera que otros hagan lo mismo.
No hay lugar para excusas.
Es Canadá, es Montreal, y en esta ciudad no se perdonan los fracasos por mucho tiempo.
Está aquí para mostrar a los jóvenes lo que significa jugar con el corazón, incluso si eso significa tragarse el orgullo y apoyar a un entrenador que exige más que nunca.
Así que sí, Gallagher le debe algo a St. Louis, pero no es sólo gratitud.
Es un intercambio tácito: un entrenador que le deja respirar y un jugador que le apoya en los momentos difíciles.
No una fachada de apoyo, no, sino una alianza real entre veterano y entrenador.
Cuando vemos a Gallagher alineado detrás de St-Louis, vemos a un tipo que está listo para recordarles a todos que el canadiense no es una guardería.
Este es un equipo que debe ganar.
¡Amén!