A pesar de las vacunas, el sistema inmunológico del holandés no pudo desarrollar una protección eficaz contra la variante omicrón que contrajo en febrero de 2022.
Según los autores de la investigación, esta es la infección por COVID-19 más larga registrada.
Además, la infección prolongada provocó la aparición de nuevas variantes de la enfermedad en el paciente. En total, se detectaron unas cincuenta nuevas variantes probablemente capaces de evadir las defensas inmunitarias.
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Los investigadores informan, sin embargo, que estas mutaciones no han sido la fuente de otros casos. Durante los 613 días que estuvo enfermo, el paciente estuvo regularmente en el hospital y en aislamiento.
El hombre finalmente murió a causa de una recaída de problemas mieloproliferativos en la sangre.
Los autores de la investigación sostienen que “este caso resalta el riesgo de infecciones persistentes por SARS-CoV-2 en personas inmunodeprimidas”.
Su investigación será presentada en el Congreso Global ESCMID, en Barcelona, España, del 27 al 30 de abril.
