El presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un fueron vistos riéndose mientras se turnaban para conducirse en una limusina construida en Rusia durante la primera visita de Putin a Pyongyang en 24 años.
En imágenes publicadas por la agencia de medios estatal de Corea del Norte, KCNA, el jueves, los dos autócratas parecen disfrutar de la compañía del otro mientras dan un paseo en el auto de lujo Aurus. El momento cuidadosamente coreografiado muestra a Putin tomando primero el asiento del conductor mientras Kim se sienta en el asiento del pasajero, antes de que los dos intercambien lugares.
Las imágenes están diseñadas para resaltar el estrecho vínculo entre los líderes, quienes dicen que han intensificado los vínculos a un “nuevo nivel” durante la rara visita del presidente ruso al aislado estado esta semana.
Corea del Norte y Rusia firmaron un nuevo pacto de defensa durante la visita, comprometiéndose a utilizar todos los medios disponibles para proporcionar asistencia militar inmediata en caso de que el otro sea atacado.
El pacto, que se produce en el contexto de la dura guerra de Putin contra Ucrania, es el acuerdo más importante firmado por Rusia y Corea del Norte en décadas y se considera una especie de resurgimiento de su promesa de defensa mutua de 1961 en la era de la Guerra Fría. También consolida el poderoso vínculo del régimen de Kim con una potencia mundial que ejerce un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El miércoles, Putin le regaló a Kim un automóvil Aurus mientras ambos intercambiaban regalos, según los medios estatales rusos: la segunda vez que el líder del Kremlin le regala a su homólogo este modelo de automóvil. Según el asistente de Putin, Yuri Ushakov, el líder ruso también le regaló a Kim un juego de té.
Las imágenes de KCNA mostraron a Putin recibiendo a cambio un par de perros de caza nativos de Pungsan, la misma raza que Kim le regaló al expresidente surcoreano Moon Jae-in en 2018 durante un gran avance en las relaciones entre los dos países.
El viaje de Putin ha sido una muestra muy pública de las fuertes relaciones entre Rusia y Corea del Norte, cuyo alineamiento se ha profundizado ante la animosidad compartida hacia Occidente.
El líder ruso aterrizó en Corea del Norte en las primeras horas de la mañana del miércoles, hora local, exactamente 24 años después del día en que estuvo por última vez en Pyongyang, en medio de preocupaciones internacionales sobre la cooperación militar de los dos países.
Durante la visita, los dos líderes anunciaron una nueva asociación estratégica impulsada por la necesidad de armas de Moscú en su guerra en Ucrania.
En declaraciones previas a las conversaciones entre los dos, Kim expresó su “pleno apoyo y solidaridad con las luchas del gobierno, el ejército y el pueblo rusos”, señalando específicamente la guerra de Moscú en Ucrania “para proteger su propia soberanía, seguridad y estabilidad territorial”. “
Putin, por su parte, elogió los vínculos entre los países como basados en la “igualdad y el respeto mutuo”.
La floreciente relación ha generado preocupación tanto en Seúl como en Washington, no sólo por las transferencias de armas de Corea del Norte a Rusia, sino también por la perspectiva de que Moscú transfiera su tecnología militar superior para ayudar al programa de armas fuertemente sancionado de Pyongyang.
Después de su visita a Corea del Norte, Putin aterrizó en Hanoi, la capital vietnamita, mientras continúa sus intentos de impulsar los vínculos económicos con países amigos en medio del aislamiento occidental.
