El decreto publicado este sábado 28 de diciembre confirma la ausencia de una subida de impuestos deseada por el efímero gobierno de Barnier.
El escudo de precios de la electricidad finalizará el 1 de febrero, pero sin la subida de impuestos prevista: una bendición para los hogares, que se beneficiarán de una reducción del 14% en su factura, a falta de aprobación del presupuesto.
Según un decreto publicado este sábado 28 de diciembre, el impuesto sobre la electricidad (impuesto especial) aumentará mecánicamente el 1 de febrero hasta su nivel anterior a la crisis, ajustado a la inflación, es decir, 33,70 euros por megavatio hora para los particulares frente a los 22 euros actuales. El decreto confirma pues la ausencia de un aumento adicional deseado por Michel Barnier para sanear las cuentas públicas, medida emblemática de su proyecto de ley de finanzas que cayó con la censura.
El aumento previsto habría aportado hasta 3.400 millones de euros a las arcas estatales, pero habría tenido como consecuencia limitar la reducción de las facturas domésticas al 9%. Esta medida emblemática había sido impugnada enérgicamente en el Parlamento por las voces tanto de RN como de LFI y LR, temiendo por las facturas de los usuarios.
En una concesión final para evitar la caída de su gobierno, Michel Barnier renunció a este aumento el 28 de noviembre, aunque sin evitar la censura unos días después.
El decreto publicado este sábado “Preocupa el fin del escudo tarifario que se puso en marcha tras los grandes aumentos relacionados con las tensiones en el mercado de la electricidad en 2022 y 2023”, Así lo explicó en el entorno del ministro responsable de Industria y Energía, Marc Ferracci. “Las subidas de impuestos previstas en el proyecto de ley inicial de finanzas no entran en vigor” y “La caída de los precios de la electricidad debería ser, como anunció el Primer Ministro el 28 de noviembre, del 14% en 2025”, agregamos.
Desde hace varios meses, los precios de la electricidad vienen cayendo bruscamente en los mercados internacionales y los suscriptores de la tarifa de venta regulada (TRV), es decir, el 76% de los hogares, se beneficiarán de ello a pesar del fin del escudo tarifario. También se beneficiarán las pequeñas y medianas empresas afiliadas al TRV, cuyo impuesto especial sólo se incrementará hasta 26,23 euros/MWh el 1 de febrero según el decreto. Para el gas de calefacción, el tipo del impuesto especial aumenta para 2025 hasta los 17,16 €/MWh frente a los 16,37 €/MWh en 2024 y los 8,37 €/MWh en 2023.
Ventajas y desventajas
La ausencia, por el momento, de un presupuesto para 2025, consecuencia de la censura del gobierno de Barnier el 4 de diciembre, tiene ventajas y desventajas para los franceses. El 1 de enero solo habrá uno. “ley especial” autorizando únicamente al gobierno a aumentar los impuestos y gastar créditos sobre la base del presupuesto de 2024, sin posibilidad de nuevas medidas.
El abandono del aumento adicional del impuesto a la electricidad es parte de las buenas noticias. Al igual que la ausencia de desindexación de las pensiones, todas aumentaron un 2,2% el 1 de enero. Tampoco, de momento, se ha producido ninguna exclusión de determinados medicamentos ni la eliminación de 4.000 plazas docentes.
Por otro lado, sin un nuevo presupuesto, 380.000 nuevos hogares corren el riesgo de caer en el impuesto sobre la renta, y millones pagarán más debido a la falta de indexación de la escala a la inflación. Los compromisos favorables a los agricultores, al sector textil o el aumento de los créditos de los ministerios soberanos están suspendidos por el momento. Asimismo, las ayudas a los territorios de ultramar, la reducción del IVA en Martinica y Guadalupe o el préstamo de mil millones de euros a Nueva Caledonia, que están bloqueados en el tintero.
Otra desventaja para millones de empleados: en teoría, los vales de restaurante ya no podrán utilizarse para comprar alimentos a partir del 1 de enero. Queda por ver qué incluirá o no el presupuesto que François Bayrou quiere que se vote en febrero y si el gobierno volverá a ser censurado, en cuyo caso la ley especial seguiría aplicándose.