En los Países Bajos y Bélgica, una cadena de supermercados ha retirado del mercado miles de bolsas de arándanos congelados. Una docena de personas desarrollaron hepatitis A después de consumirlo. ¿Cómo se explica esta contaminación? ¿Representa un riesgo para los consumidores franceses? RMC Conso hace balance.
Europa occidental no forma parte de la zona de prevalencia del virus de la hepatitis A. ¿Cómo acabó en miles de bolsas de arándanos vendidos en los Países Bajos y Bélgica? Este lunes 13 de enero, la marca de supermercados holandesa Albert Heijn se retiró de la venta y retiró del mercado todos los lotes de arándanos congelados comercializados bajo su marca de distribuidor.
La alerta se lanzó tras la infección por hepatitis A de doce personas en los Países Bajos y la hospitalización de dos de ellas. El primer paciente fue reportado a finales de noviembre, antes de que los casos aumentaran, lo que desencadenó una investigación por parte de la agencia de salud pública holandesa. Por tanto, este último encontró el virus en estos arándanos, que habían consumido todas las víctimas.
Contaminaciones muy raras en Europa
La contaminación alimentaria por hepatitis A es particularmente rara en Europa. La prevalencia de este virus es muy baja allí, a diferencia de los países más pobres donde el sistema de saneamiento de agua está fallando. Así, uno de los raros casos señalados anteriormente fue el de, en marzo de 2024, la comercialización de fresas marroquíes en España. Se envió a la Comisión Europea una notificación de contaminación de estas frutas con hepatitis A.
Para el epidemiólogo Antoine Flahault, no es sorprendente que este virus pueda encontrarse en este tipo de productos.
“La hepatitis A se transmite exclusivamente en las manos: la contaminamos mediante una mala higiene de las manos. También sabemos que este virus resiste muy bien en los alimentos. Los arándanos suelen ser el tipo de fruta que puede resistir entre el momento de la recolección y el consumo”, señala a RMC Conso.
Además, el hecho de que estos arándanos estén congelados no reduce el riesgo de propagación. Un documento de ANSES (Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria) sobre la hepatitis A afirma que el virus “es resistente a los métodos convencionales de conservación de alimentos (refrigeración y congelación)”.
Arándanos de Polonia
En este caso, la marca Alber Heijn dijo a los medios holandeses que sus arándanos procedían de un fabricante polaco. Y que el brote se debió “probablemente a una falta de higiene en el proceso de envasado”. En Polonia, la prevalencia de la hepatitis A es moderada.
¿Podrían verse afectados los arándanos vendidos en Francia? Por el momento, la DGCCRF no ha llevado a cabo ninguna retirada de productos relacionada con esta contaminación. Y la Dirección General de Alimentación (DGAL), contactada por RMC Conso, no ha informado de ningún caso de este tipo en Francia. Pero para Antoine Flahault no se puede excluir nada.
“Es probable que este productor haya extendido su producción a otros países. Este tipo de alerta generalmente se transmite en Europa y luego a nivel internacional, puede tardar algunos días. En el pasado hemos visto epidemias relacionadas con contaminaciones con la bacteria E. Coli que son difíciles de controlar”, relata el epidemiólogo.
Todavía quiere ser tranquilizador. Según él, el hecho de que se haya identificado el brote reduce el riesgo. Sobre todo porque en Francia ya se habrían identificado casos si el virus hubiera comenzado a propagarse.
Un virus menos grave que la hepatitis B o C
La hepatitis A generalmente provoca fiebre, malestar, pérdida de apetito, náuseas, orina oscura y malestar abdominal. Así como una coloración amarilla de los ojos y la piel. Exactamente los síntomas descritos por una mujer de 44 años que consumió estos arándanos, en el diario holandés Algemeen Dagblad.
Esta víctima afirma que su marido también lo consumió, pero no resultó afectado. Nada sorprendente para Antoine Flahault.
“Las enfermedades infecciosas nunca son seguras. Quizás este marido ingirió menos arándanos infectados y no quedó contaminado. O portó el virus pero no enfermó”, explica.
El epidemiólogo recuerda también que la hepatitis A es un virus menos grave que la hepatitis B o C, y muy rara vez mortal. Y que es posible vacunarse.