Aunque las llamas destruyeron el apartamento de Raúl y Claudia De La Rosa en Los Ángeles a principios de enero, no lograron destruir la fe de esta pareja, convencida de que Dios tiene un plan para ellos y no los abandonará.
“¡El Señor es mi roca!” Estas palabras del Salmo 143 reflejan mejor la fe de la familia De La Rosa. Como muchas personas en Los Ángeles, Raúl y Claudia lo perdieron todo en los terribles incendios que asolaron California desde el 7 de enero. Pero las llamas no lograron destruir su fe. A pesar de perder su apartamento en el barrio de Eaton y todas sus posesiones materiales, buscan permanecer optimistas y recordar constantemente a sus cuatro hijos, de entre 6 y 14 años, que Dios proveerá para sus necesidades. “El Señor hace las cosas por una razón”, dijo Claudia De La Rosa al medio cristiano estadounidense Angelus News.
Fe incondicional en Dios
La familia tuvo que huir urgentemente de su apartamento cuando vieron las llamas en las colinas. Después de llevarse lo imprescindible, y sobre todo sus dos Biblias, el matrimonio se refugió con sus hijos en casa de la madre de Claudia. “Les dijimos a nuestros hijos que no sabíamos si tendríamos casa o no, pero que Dios era el único que sabía lo que iba a pasar”, dice Claudia. La pareja tampoco perdió el optimismo ante la pérdida del empleo de Raúl. Las instalaciones de la empresa para la que trabajaba también quedaron destruidas por los incendios de Altadena. Se ha lanzado una recaudación de fondos en línea para ayudarlos.
El Señor está con nosotros y es fiel en todo momento y en toda situación.
Después de evacuar y mudarse varias veces, Claudia, embarazada de seis meses, admite sentirse la Sagrada Familia de Nazaret en busca de refugio. “Tocamos puertas para ver quién abre”, explica. A pesar de todas las dificultades, la pareja continúa orando y apoyándose mutuamente. Claudia ve el próximo bebé como una señal de renovación. Miembro del Camino Neocatecumenal de San Juan Bautista, la pareja saca fuerza de sus reuniones y misas semanales.
“La vida que una vez tuvimos nunca volverá a ser la misma porque todo ha quedado reducido a cenizas”, afirma Raúl. “Todos nuestros recuerdos, todos los momentos que vivimos juntos como familia. Pero debemos seguir adelante de la mano de Dios”. Su esposa, que comparte la misma opinión, está convencida de que Dios tiene algo aún mejor planeado para ellos: “El Señor está con nosotros y es fiel en todo tiempo y en toda situación”.