Físicamente, Elise Mertens no se vio afectada por sus recientes problemas en el tobillo. “Me había recuperado bien, el tobillo estaba vendado pero no me molestaba”. Con un fisioterapeuta en las maletas desde el torneo de Hobart, donde cayó en la final el sábado, no sufrió el volumen de los partidos.
Como en 2024, Mertens comienza el año con una derrota en la final de Tasmania y una eliminación en la segunda ronda del primer Grand Slam de la temporada. “Es una pena perder a estas alturas. Me hubiera gustado hacer algo más que repetir las actuaciones de la temporada pasada, aunque no pierdo ningún punto. Tendré que intentar ser cabeza de serie para los próximos Grand Slams (en el top 32 mundial, nota del editor) y así evitar un empate demasiado difícil. Éste será un gran objetivo para 2025”, concluyó.