Los bomberos intentaban aprovechar una caída en la intensidad de los vientos que soplaban en Los Ángeles el viernes para intentar recuperar el control de los incendios, pero la pausa debería ser de corta duración. Se esperaba que los fuertes vientos que permitieron que las llamas avanzaran a la velocidad del rayo disminuyeran de intensidad durante la jornada del viernes y ya no soplaran a unos 30 km/h, aunque con rachas de hasta 80 km/h durante el fin de semana, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), el servicio meteorológico estadounidense.
Este período de calma permitirá que los aviones bombarderos de agua arrojen agua y retardantes (productos químicos destinados a frenar la propagación de los incendios) sobre las colinas en llamas que rodean Los Ángeles. “Las ráfagas son menos fuertes, lo que debería ayudar a los bomberos”dijo Allison Santorelli, meteoróloga del NWS. “Hay algunas buenas noticias, en todo caso”añadió, recordando que la situación sigue siendo crítica debido a la sequía.
Pero más al sur, en San Diego, los vientos, por el contrario, se intensificarán durante el fin de semana, con ráfagas de 110 km/h que podrían avivar incendios activos en esta región, advirtió el meteorólogo.
“Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para controlar la situación y hemos tenido cierto éxito”declaró la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, durante una conferencia de prensa. “Sabemos que los vientos podrían volver a aumentar a principios de la próxima semana y debemos hacer todo lo posible para salvar vidas. Este es nuestro trabajo número uno”añadió.
