El domingo por la tarde, hacia las cuatro de la tarde, dos hombres resultaron gravemente heridos por disparos de diferentes tipos de armas en el aparcamiento del KFC de Vénissieux.
Uno de los dos había recibido un golpe en la cabeza, el otro sufría un paro cardíaco y su pronóstico vital era muy grave en el momento de su traslado al hospital. Este lunes, según una fuente policial, falleció una de las víctimas, de 25 años. Del otro veinteañero no se dio la evolución de su estado de salud.
Por el momento, según Le Progrès, las circunstancias de estos tiroteos siguen sin estar claras. Un testigo que llegó al lugar después del tiroteo vio a dos personas en el suelo, rodeadas por otras tres. No se produjeron detenciones y los perpetradores pudieron huir en su vehículo.
La investigación quedó encomendada a la policía judicial, que ya ha interrogado a varias personas en el restaurante de comida rápida.
Lo cierto es que este nuevo episodio de violencia forma parte de una serie oscura que ha afectado al área metropolitana de Lyon en las últimas semanas, y más particularmente a los municipios de Vénissieux y Villeurbanne.