La ciudad de Rail comenzó el año 2025 bajo un pesado manto de tristeza. El 2 de enero, se encontraron dos cadáveres en Thiès, en condiciones espantosas. Entre las víctimas se encuentra Sadibou Kâ, un joven pastor de 24 años, cuya trágica muerte conmocionó a su familia y a su pueblo natal, Thiaoune Peulh.
La conmovedora historia, recogida por L’Observateur, pone de relieve la creciente inseguridad en la región y la ansiedad de la población.
Sadibou Kâ: Un destino roto
Sadibou Kâ salió de su pueblo la tarde del 31 de diciembre para dirigirse a la Promenade des Thiessois, con el objetivo de inmortalizar las fiestas de fin de año con algunas fotografías. Según sus allegados, el joven, conocido por su calma y sencillez, quiso regresar a casa esa misma tarde, pero su viaje terminó trágicamente en el camino.
Su cuerpo sin vida fue descubierto dos días después, tirado entre la basura en Medina Fall, cerca de las vías del tren. Fue un niño el primero en dar la alarma. La policía, enviada al lugar, descubrió que Sadibou había recibido un disparo en el pecho.
“No sabemos el motivo de este asesinato, pero creemos que fue un ataque”, dijo el tío de la víctima a L’Observateur. La familia Kâ experimentó la angustia de no saber dónde estaba su hijo antes de que su padre reconociera su cuerpo a través de las fotografías presentadas por los investigadores.
Un hombre de paz, arrancado de su familia.
Originario de Thiaoune Peulh, Sadibou Kâ fue descrito como un joven respetuoso y tranquilo. Pastor de profesión, se había casado recientemente y preparaba la llegada de su esposa al domicilio conyugal. “Él siempre estaba con su madre o su rebaño. Su muerte nos sorprendió profundamente, porque no tenía ningún desacuerdo con nadie”, dijeron sus familiares a L’Observateur.
Trágicamente, esta familia ya había sido golpeada por una tragedia similar. La hermana de Sadibou también perdió la vida en circunstancias violentas, dejando un velo de incomprensión y dolor sobre la comunidad.
Otro cuerpo descubierto el mismo día
El descubrimiento del cuerpo de Sadibou Kâ no fue el único shock para Thiès el 2 de enero. En Diassap, cerca del Puente 5, otro hombre fue encontrado sin vida, asesinado a ladrillos. Según los primeros indicios, la víctima, aún no identificada, podría ser un motociclista originario de Yakarta. Este lugar es famoso por ser escenario de numerosos ataques mortales contra conductores de mototaxistas.
Un preocupante aumento de la violencia
Estos dos asesinatos son un crudo recordatorio de los desafíos de seguridad que enfrentan las poblaciones de Thiès y sus alrededores. En Medina Fall, como en Diassap, los residentes viven con miedo ante ataques cada vez más frecuentes.
Las familias de Sadibou Kâ y del hombre no identificado, así como toda la región de Thiès, esperan con impaciencia que se arroje luz sobre estos crímenes atroces. Las investigaciones iniciadas por la policía serán cruciales para disipar los temores y hacer justicia a las víctimas.
Mientras tanto, en Thiaoune Peulh, se celebra el funeral de Sadibou Kâ en un ambiente de profundo luto. Su comunidad lamenta la pérdida de un hombre sencillo y prometedor, símbolo de las muchas vidas destrozadas por la inseguridad rampante.