Cerca de la localidad de Tena, capital de la provincia de Napo, en Ecuador, cráteres y colinas de arena gris erizan las orillas del río Jatunyacu. Este paisaje lunar en medio de una exuberante vegetación es obra de excavadoras de empresas mineras que buscan incansablemente oro en los cursos de agua de la provincia de Napo.
Este frenesí minero causa mucho daño al medio ambiente. “Minería de oro Este catastrófico para nuestra región, pudre el agua de los ríos, seca la tierra en las riberas y afecta la salud de niños, adultos y animales”explicar Fanny Shiguango, de la Federación de Organizaciones Indígenas del Napo (FOIN). Este miembro de la comunidad Kichwa –como el 70% de los habitantes de la región– cuenta cómo los niños de su aldea sufren repetidas erupciones cutáneas y ya no se bañan en el río. “El oro acabará matando al turismo”También juzga este empleado de una agencia que organiza caminatas, kayak y rafting.
Te queda el 87,5% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.
Bélgica