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Conocido sobre todo por su trilogía Campus, en la que retrata irónicamente el ambiente universitario, el autor inglés falleció pocos días antes de cumplir 90 años.
David Lodge murió el 1 de enero. Habría celebrado su 90 cumpleaños a finales de mes. Para muchos lectores seguirá siendo el campeón británico de novela del campus, con Cambio de escenario (1975), Un mundo muy pequeño (1984) y Juego de mesa (1986), novelas traducidas en Francia por Rivages –su fiel editor– desde 1989 por Yvonne y Maurice Couturier –fieles traductores–, con considerable éxito de público. Lodge no fue el inventor del género. La academia ya había inspirado a muchos escritores. Pero tenía una forma muy divertida de escenificarlo, imaginando cruces románticos entre la poco glamorosa Inglaterra y la epicúrea América, o entre las costumbres masculinas de los negocios y la delicada china intelectual. De hecho, críticos famosos como el estadounidense James Wood no se dejaron seducir. ¿Podría un autor tan entretenido hablar en serio?
En serio, David Lodge lo era. Profesor de literatura inglesa en la Universidad de Birmingham, que inspira a la ciudad de Rummidge en muchas de sus ficciones, estuvo al tanto de todos los debates más actuales de su tiempo, particularmente en torno al estructuralismo. Sus libros eran decididamente posmodernos, sustentados en líneas tomadas de la historia literaria. Pero logró no demostrarlo. Quizás estaba haciendo estas referencias. chistes privados, una manera (para expresarlo en buen francés) de reírse tan
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