Moscú (awp/afp) – El gigante ruso Gazprom anunció el sábado que dejará de suministrar gas a Moldavia a partir del 1 de enero, en el contexto de una disputa financiera con esta ex república soviética que acaba de reelegir a un presidente proeuropeo.
“Gazprom introducirá una reducción a cero m3 por día de sus entregas de gas natural a la República de Moldavia, a partir del 1 de enero de 2025 a las 05:00 GMT”, dijo Gazprom en un comunicado.
La decisión está “vinculada a la negativa de la parte moldava a saldar sus deudas”, estipula el grupo ruso, que “se reserva el derecho” de decidir otras acciones, incluida la de rescindir su contrato de gas con Moldavia, un país entre los más pobres. en Europa.
Este anuncio se produce en un contexto de entusiasmo en Europa del Este. De hecho, Kiev ha anunciado su intención de no renovar hasta el 31 de diciembre el contrato que la vincula con Rusia para transportar el gas ruso a Europa a través de su extensa red de gasoductos. Una decisión que afectará a Eslovaquia, Moldavia y, en menor medida, a Hungría, muy dependientes de las importaciones de gas ruso.
A esto hay que añadir que la presidenta moldava, Maia Sandu, prestó juramento a finales de diciembre para un segundo mandato, tras unas elecciones empañadas por acusaciones de interferencia de Moscú en esta ex república soviética.
El Parlamento moldavo había aprobado el establecimiento del estado de emergencia por un período de 60 días, a partir del 16 de diciembre, en previsión de la esperada interrupción de los suministros de gas ruso.
Lograr la seguridad energética es una prioridad para esta ex república soviética de 2,6 millones de habitantes, candidata a la adhesión a Europa, sumida en una grave crisis tras el lanzamiento de la ofensiva rusa en Ucrania.
El Kremlin exige el pago de una deuda de unos 700 millones de dólares (667 millones de euros), no reconocida por las autoridades moldavas.
Esta disputa sobre la deuda de la empresa ruso-moldava Moldovagaz data de antes del inicio de la guerra en Ucrania y tiene su origen en una brutal subida de precios decidida por Moscú en 2021.
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