El Papa imparte la bendición Urbi et Orbi – Reuters
Mantén las armas en silencio. En Ucrania y Medio Oriente y dondequiera que haya guerra. Se condonan las deudas de los países pobres. Que se encuentren soluciones pacíficas en Myanmar y América Latina. Que se ayude a las poblaciones del Congo y de África afectadas por graves enfermedades, se detenga el terrorismo y se remedie el cambio climático. Hay que hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento de los niños afectados por el hambre y la guerra, de los ancianos solitarios y abandonados, de los desempleados, de los inmigrantes y de los perseguidos por su fe. Estos son los deseos expresados por el Papa en el mensaje Urbi et Orbi, pronunciado como es habitual el día de Navidad, desde la logia central de la basílica de San Pedro. La Navidad de este año será especial, ya que coincide con la apertura del Año Santo ordinario de la Esperanza. Francisco, que ayer por la tarde, 24 de diciembre, abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, después de la interpretación de los himnos vaticanos e italianos, animó a los fieles: “¡Hermanos y hermanas, no tengáis miedo! La Puerta está abierta, está ¡Abiertos de par en par! No es necesario llamar. ¡Venid! Reconciliémonos con Dios, y entonces nos reconciliaremos con nosotros mismos y podremos reconciliarnos unos con otros, incluso con nuestros enemigos. cada muro de división, disuelve el odio y el espíritu de venganza. “Volvamos a Él – instó -. ¡Volvamos al corazón que nos ama y nos perdona! Dejémonos perdonar por Él, reconciliémonos con Él. Dios siempre perdona y perdona todo”.
Desde la Logia de la fachada de la Basílica Vaticana, la mirada del Pontífice se expandió no sólo a los fieles que llenaban la plaza, sino al mundo entero. En primer lugar, a los dos escenarios más candentes. “Que las armas callen en el Ucrania atormentada – invocó el Papa – Que tengamos la audacia de abrir la puerta a la negociación y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera”.
Que las armas callen Medio Oriente – añadió – Con los ojos puestos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas en Israel y Palestina, en particular en Gaza, donde la situación humanitaria es muy grave. Que cese el fuego, se libere a los rehenes y se ayude a la población agotada por el hambre y la guerra. También estoy cerca de la comunidad cristiana en Líbanoespecialmente en el sur, y que en Siriaen este delicado momento. Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región desgarrada por los conflictos. Y también quiero recordar aquí el pueblo libioanimándonos a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional”.
Luego la atención del Pontífice se centró enÁfrica con la esperanza de “un tiempo de esperanza” para las familias de miles de niños que mueren a causa de una epidemia de sarampión en República Democrática del Congo“así como a las poblaciones del Este de ese país y a las del Burkina Fasodel Malídel Níger y de Mozambique. La crisis humanitaria que los afecta – subrayó Francisco – está causada principalmente por los conflictos armados y por el flagelo del terrorismo y se ve agravada por los efectos devastadores del cambio climático, que causan la pérdida de vidas humanas y el desplazamiento de millones de personas”. fue “a las poblaciones de los países de Cuerno de África por lo cual imploro los dones de la paz, la armonía y la hermandad. Que el Hijo del Altísimo – imploró nuevamente – apoye el compromiso de la comunidad internacional para promover el acceso a la ayuda humanitaria para la población civil de Sudán y en iniciar nuevas negociaciones con miras a un alto el fuego.”
De África a Birmaniacuyos habitantes “debido a los continuos enfrentamientos armados, sufren graves sufrimientos y se ven obligados a huir de sus hogares” yyoAmérica Latina. “Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano – deseó el Papa Bergoglio – para que se puedan encontrar lo antes posible soluciones eficaces, de verdad y de justicia, para promover la armonía social, en particular Haitíen Venezuela, Colombia mi Nicaraguay trabajemos, especialmente en este Año Jubilar, para construir el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas”.
De manera más general, el Pontífice pidió que “el Jubileo sea una oportunidad para derribar todos los muros de separación: los ideológicos, que muchas veces marcan la vida política, y los físicos, como la división que ha afectado a laisla de chipre y que ha desgarrado el tejido humano y social. Espero que podamos alcanzar una solución compartida, que ponga fin a la división con pleno respeto a los derechos y la dignidad de todas las comunidades chipriotas”. Y así lo hizo referencia a los más vulnerables: “Todos los niños que sufren la guerra y el hambre; los ancianos, a menudo obligados a vivir en condiciones de soledad y abandono; los que han perdido sus hogares o huyen de su patria en un intento de encontrar un refugio seguro; espera a los que han perdidos o no encuentran trabajo; espera a los presos que, a pesar de todo, siguen siendo siempre hijos de Dios; espera a los que son perseguidos por su fe”.
Los fieles en la Plaza de San Pedro – Reuters
Además “Que el Jubileo sea una oportunidad para perdonar las deudasespecialmente aquellos que pesan sobre los países más pobres. Todos están llamados a perdonar las ofensas recibidas, porque el Hijo de Dios, que nació en el frío y la oscuridad de la noche, perdona todas nuestras deudas”. un sincero agradecimiento del Papa para “quienes hacen todo lo posible por el bien de manera silenciosa y fiel: pienso – subrayó – en los padres, educadores y profesores, que tienen la gran responsabilidad de formar a las generaciones futuras; Pienso en los agentes sanitarios, en las fuerzas policiales, en los que participan en obras de caridad, especialmente en los misioneros esparcidos por el mundo, que llevan luz y consuelo a tantas personas en dificultad”.
“Jesús, el Verbo eterno de Dios hecho hombre – concluyó Francisco antes de impartir la solemne bendición Urbi et Orbi, a la que también está vinculado indulgencia plenaria para todos aquellos que lo presenciaron en vivo o a través de medios tecnológicos-, es la puerta abierta de par en par que estamos invitados a cruzar para redescubrir el sentido de nuestra existencia y el lo sagrado de cada viday recuperarse los valores fundacionales de la familia humana“. Jesús, de hecho, “es la Puerta que el Padre misericordioso ha abierto en medio del mundo, en medio de la historia, para que todos podamos volver a Él”. Nosotros, las “ovejas perdidas” que “necesitamos un Pastor”. y una Puerta para regresar a la casa del Padre. Jesús es el Pastor, Jesús es la Puerta.”
Y a través de la Puerta Santa, símbolo de Cristo, ha comenzado esta mañana un flujo sostenido pero regular de peregrinos, los primeros de los más de treinta millones previstos a lo largo de 2025, para realizar este gesto simbólico del Jubileo, tras la apertura oficial anoche por el Papa. Francisco. La peregrinación se detuvo durante el Mensaje Urbi et Orbi del Pontífice y se reanudará por la tarde.
Los primeros peregrinos que cruzan la Puerta Santa el día de Navidad – ANSA