En Serbia se está intensificando el movimiento estudiantil contra el gobierno. Las escuelas y los institutos se están uniendo a la lucha, exigiendo rendición de cuentas tras la tragedia de Novi Sad. ¿Se verá obligado el gobierno a ceder ante esta movilización sin precedentes? Descubra los últimos giros y vueltas de este enfrentamiento que está sacudiendo al país.
Desde hace varias semanas sopla un viento de revuelta en Serbia. Iniciado por los estudiantes, el movimiento de protesta contra el poder sigue ganando terreno. Últimamente, muchas escuelas y colegios de todo el país han decidido unirse a la lucha, amplificando así la presión sobre las autoridades.
La tragedia de Novi Sad, un detonante
Fue una tragedia que ocurrió hace unas semanas la que encendió la situación. El 3 de noviembre, el derrumbe de un toldo en la estación de tren de Novi Sad, en el norte del país, costó la vida a 15 personas. Un acontecimiento tanto más impactante cuanto que la infraestructura acababa de ser renovada, después de tres años de obras. Ante lo que consideran una negligencia criminal, los estudiantes decidieron movilizarse para exigir responsabilidades.
Facultades bloqueadas, manifestaciones diarias
Desde entonces se ha producido un verdadero enfrentamiento con el gobierno. Casi dos tercios de las facultades del país, es decir una cincuentena de establecimientos, están bloqueados por estudiantes. Casi a diario se organizan manifestaciones en las principales ciudades, que reúnen cada vez a miles de personas. Belgrado, la capital, es el epicentro de la protesta pero la movilización se extiende a todo el territorio.
Estudiantes y docentes de secundaria se unen al movimiento
El viernes pasado, el movimiento alcanzó un nuevo hito con el ingreso de estudiantes y profesores de secundaria. A petición de cuatro sindicatos de la educación, se cancelaron muchas clases en las escuelas secundarias y primarias de todo el país como señal de solidaridad con los estudiantes. Se organizó una nueva manifestación a las 11:52 horas, hora exacta de la tragedia en Novi Sad siete semanas antes. Durante quince minutos, uno por cada víctima, los manifestantes bloquearon el tráfico en decenas de ciudades.
El gobierno inflexible pese a las concesiones
Ante esta revuelta que no cede, las autoridades intentan calmar los ánimos soltando lastre. Respondiendo a una de las demandas de los estudiantes, el gobierno publicó cientos de documentos relacionados con la renovación de la estación de Novi Sad. También se han iniciado procesos contra varias personas sospechosas de haber atacado a manifestantes y el presupuesto de las universidades se incrementará en un 20%. Pero por ahora, los manifestantes consideran que estas medidas son insuficientes y exigen más transparencia y rendición de cuentas por parte de quienes están en el poder.
Pidieron cosas y respondimos a todas sus demandas. No aceptaremos a otros.
– Aleksandar Vucic, presidente de Serbia
Por su parte, el presidente Aleksandar Vucic se mantiene firme en sus posiciones y se niega a ir más allá. Acusa a los partidos de la oposición de estar detrás de la protesta y pide a los estudiantes que regresen a sus aulas. Para intentar calmar la crisis, el Ministerio de Educación ha decidido adelantar tres días las vacaciones de Navidad. Pero esta decisión está lejos de ser unánime, y los sindicatos docentes incluso la califican de “dañina”.
Un movimiento sin precedentes que sacude el poder
Con la entrada en escena de estudiantes de secundaria y profesores, una gran parte de la juventud serbia se encuentra ahora movilizada contra el gobierno. Un movimiento de magnitud sin precedentes en el país que parece tomar por sorpresa a las autoridades. Si el presidente Vucic parece inflexible por el momento, no se puede descartar que se vea obligado a flexibilizar más en las próximas semanas para evitar que la protesta se convierta en una crisis política importante. Una cosa es segura: los estudiantes serbios parecen decididos a continuar su lucha hasta el final para obtener la verdad y la justicia después de la tragedia de Novi Sad.
El viernes pasado, el movimiento alcanzó un nuevo hito con el ingreso de estudiantes y profesores de secundaria. A petición de cuatro sindicatos de la educación, se cancelaron muchas clases en las escuelas secundarias y primarias de todo el país como señal de solidaridad con los estudiantes. Se organizó una nueva manifestación a las 11:52 horas, hora exacta de la tragedia en Novi Sad siete semanas antes. Durante quince minutos, uno por cada víctima, los manifestantes bloquearon el tráfico en decenas de ciudades.
El gobierno inflexible pese a las concesiones
Ante esta revuelta que no cede, las autoridades intentan calmar los ánimos soltando lastre. Respondiendo a una de las demandas de los estudiantes, el gobierno publicó cientos de documentos relacionados con la renovación de la estación de Novi Sad. También se han iniciado procesos contra varias personas sospechosas de haber atacado a manifestantes y el presupuesto de las universidades se incrementará en un 20%. Pero por ahora, los manifestantes consideran que estas medidas son insuficientes y exigen más transparencia y rendición de cuentas por parte de quienes están en el poder.
Pidieron cosas y respondimos a todas sus demandas. No aceptaremos a otros.
– Aleksandar Vucic, presidente de Serbia
Por su parte, el presidente Aleksandar Vucic se mantiene firme en sus posiciones y se niega a ir más allá. Acusa a los partidos de la oposición de estar detrás de la protesta y pide a los estudiantes que regresen a sus aulas. Para intentar calmar la crisis, el Ministerio de Educación ha decidido adelantar tres días las vacaciones de Navidad. Pero esta decisión está lejos de ser unánime, y los sindicatos docentes incluso la califican de “dañina”.
Un movimiento sin precedentes que sacude el poder
Con la entrada en escena de estudiantes de secundaria y profesores, una gran parte de la juventud serbia se encuentra ahora movilizada contra el gobierno. Un movimiento de magnitud sin precedentes en el país que parece tomar por sorpresa a las autoridades. Si el presidente Vucic parece inflexible por el momento, no se puede descartar que se vea obligado a flexibilizar más en las próximas semanas para evitar que la protesta se convierta en una crisis política importante. Una cosa es segura: los estudiantes serbios parecen decididos a continuar su lucha hasta el final para obtener la verdad y la justicia después de la tragedia de Novi Sad.